De las 24 zonas en las que se divide Melilla, solo cuatro se encuentran por debajo del umbra de riesgo extremo de contagios de coronavirus. O lo que es lo mismo, la incidencia acumulada en 20 de ellas supera los 500 casos activos de Covid-19.
Es innegable el efecto devastador que ha tenido sobre la curva de contagios la Navidad. Tras las fiestas, durante las cuales se relajaron las medidas sanitarias y se abrió la mano, el número de infectados ha crecido de manera exponencial. Ahora mismo, la ciudad supera los 900 casos activos, y el sistema sanitario está aguantando una presión que no podrá soportar durante mucho más tiempo.
La situación en la que nos encontramos ahora es el resultado de la falta de previsión por parte de las autoridades sanitarias que, en un fútil intento de salvar la campaña navideña, permitieron una mayor movilidad y rebajaron las restricciones horarias, y de los ciudadanos, mucho de los cuales no han sido responsables y no han respetado las órdenes sanitarias.
Ahora, estamos igual que durante el comienzo de la pandemia y de nuevo nos enfrentamos a un posible confinamiento si no se detiene la expansión del virus. Si la situación no mejora a lo largo de esta semana que comienza, tendremos que replantearnos las opciones más duras para poder salir del atolladero en el que nos hemos metido.