Este miércoles la tensión es palpable en Melilla, la vigilancia del perímetro fronterizo sigue reforzada y la Guardia Civil continúa atenta al más mínimo movimiento de intento de entrada a la ciudad, como han comprobado los propios ciudadanos esta mañana al ver a la Benemérita por el paseo marítimo por falsas alarmas. Además, se han observado movimientos de grupos de inmigrantes en el Gurugú.
Un día después de que el presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, visitara por primera vez las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla, las ciudades autónomas siguen en alerta tras los hechos sucedidos en Ceuta con la llegada de miles de inmigrantes durante las últimas jornadas.
Sánchez visitó Ceuta justo antes de llegar a Melilla, por lo que este ha sido un viaje exprés en el que ni siquiera ha habido declaraciones a la prensa a pesar del momento histórico que están viviendo en primera línea las dos ciudades.
En la ciudad hermana, mientras se procedían a las devoluciones de marroquíes, otros seguían entrando por el pequeño espigón que delimita una de las fronteras más desiguales del mundo. El Ejército tuvo que ser desplegado en la playa del Tarajal, una imagen que no se ha visto en Melilla de momento, aunque el presidente de la Ciudad, Eduardo de Castro, solicitó ayer martes que se recurriera a las Fuerzas Armadas si fuera necesario.
Ya de noche, en Melilla, la jornada del martes terminó con devoluciones en caliente. Después de más de una hora intentando evitar la entrada de un grupo de unos 40 migrantes subsaharianos por el Dique Sur, la Guardia Civil, en colaboración con las autoridades marroquíes, procedieron al rechazo en frontera de aquellas personas que consiguieron retener.
Y no fue sin dificultad. Durante más de una hora hubo un forcejeo entre las autoridades españolas y los migrantes que querían entrar. Desde Delegación del Gobierno informaron de que estuvieron presentes patrullas de la Guardia Civil y del Cuerpo Nacional de Policía y la Policía Local cortó el tráfico de la vía. Desde el mar, prestaron apoyo GEAS y, desde el aire, el helicóptero de la GC. Mientras, en los alrededores, curiosos y periodistas, no solo locales, sino venidos de fuera, intentaban grabar el momento.
Apenas unas horas antes de que este intento frustrado tuviera lugar, el presidente del Gobierno central Pedro Sánchez, abandonaba Melilla en la que ha sido su primera visita oficial en medio de una de las crisis más graves que se recuerdan con Marruecos y que el propio país vecino ya había anunciado tras la acogida, por parte de España, del líder de Frente Polisario del Sáhara Occidental el pasado mes de abril.
A esta presión que están sufriendo las dos ciudades, alejadas del foco mediático desde hace tiempo, declaraciones como las de la embajadora marroquí en España o las del ministro de Derechos Humanos, señalando que los actos de España, como la acogida del Polisario, tienen consecuencias han avivado el fuego. A nivel nacional, las declaraciones de los responsables del Gobierno han tendido al apaciguamiento, aunque desde la Unión Europa subrayan que Ceuta y Melilla son fronteras comunitarias.
Mientras los dirigentes europeos, españoles y marroquíes llegan a un entendimiento, las imágenes de las mareas humanas en Ceuta o los gritos que se escucharon en la noche de este martes en el Dique Sur, quedarán grabadas para la historia.
Buenos dias,
Lo aue verdaderamente lo estan pasando mal es la policia de frontera marroqui, ya no tienen las rasca del pobre porteador y los comerciantes jefes de esos porteadores se han quedado sin negocio. Esto es un caos de un gobierno hipocrita que quiere refugiar el hambre de su pais en el lider del frente polisario. Con un rey comiendose la comida de un pueblo que rabia de necesidades. Esto es Marruecos que se entere el planeta, que se gasta el dinero de la comida en armamentos y tira piedras y manda a los niños a los conflictos. Menudo vecino,