Alimerka Oviedo: Brown Jr (7), Peñarroya (9), Crouch (17), Arteaga (6), Thorbjarnarson (7) -cinco inicial- Pruitt (3), Scott (2), Santana, Martí (10) y González (8).
Melilla Sport Capital: Davis (15), Jarumbauskas (5), Mensah (6), Rodríguez (11), Balaban (16)- cinco inicial- Rodrigo (7), Mulero (7), Pardina (1), Thompson (3) y Fall (7).
Árbitros: Albacete Chamón (Colegio castellano-manchego), Muñoz García (Colegio andaluz) y Rijo Muñoz (Colegio tinerfeño).Eliminaron por faltas personales a Arteaga (min. 38) y Peñarroya (min.39).
Parciales por cuarto: 26-21, 10-22 (36-43), 7-15 (43-58) y 26-20 (69-78).
Polideportivo Municipal Pumarín. 1.500 espectadores.
El Melilla Sport Capital ya ve la permanencia más cerca tras conseguir un triunfo claro ante el Alimerka Oviedo, al que también consiguió ganarle el average en caso de empate final en la clasificación, y se queda a un triunfo de la salvación, tras un encuentro marcado por un muy mal inicio del equipo melillense, que fue capaz de revertirlo con una gran defensa zonal, el liderazgo en ataque de Davis y Balaban y el trabajo colectivo. El equipo de Guillermo Arenas lo basó todo en su acierto en el triple del inicio y acabó lastrado por su desacierto, sin llegar a tener opción de triunfo a pesar de que el Melilla falló hasta 19 tiros libres.
El partido comenzó siendo una oda al triple por parte de ambos bloques, aunque con mayor protagonismo de un Oviedo que focalizó su ataque en esta faceta del juego. El 9-0 inicial con los triples de Peñarroya y Crouch era solo el preludio de lo que sería el primer cuarto del partido y las dificultades para un Melilla que recordó su mala imagen defensiva de partidos pretéritos.
Samu Rodríguez y Balaban primero, y posteriormente Davis, fueron los que intentaron mantener a flote en ataque del equipo de Gonzalo García de Vitoria, que apostó por la zona como recurso para paliar su preocupante fragilidad defensiva. Un recurso que no impidió una sucesión de canastas fáciles tras pérdida o por despistes defensivos, pero sí comenzó a surtir efecto para controlar el rebote, mientras el acierto de Oviedo en el triple se iba debilitando. Así consiguió ponerse por delante en el marcador 12-13 a cuatro minutos para el final del cuarto, pero una sucesión de cuatro pérdidas consecutivas y un triple sobre la bocina de final del cuarto de González, llevó al colectivo norteafricano a una desventaja de cinco puntos en un primer cuarto en el que lo mejor era el marcador.
Todo cambió en el segundo cuarto. Sin grandes alardes defensivos, pero sí con mayor actitud, no exentos de faltas de concentración, el Melilla dio un paso adelante tras los dos primeros minutos del cuarto en los que parecía que volvían la versión más negativa del equipo, llegando a estar situarse la desventaja en nueve puntos (33-24). Las pérdidas de balón en ataque y la sucesión interminable de errores en el tiro libre, lastraron al conjunto foráneo, pero encontró más orden en ataque con Rodrigo, acierto en el triple de Davis y buenos minutos de Fall y Balaban en las zonas. El Oviedo sumó una sucesión de hasta diez triples consecutivos fallados, después de la exhibición del primer cuarto, y el resultado fue un parcial de 0-14, tras seis minutos sin anotar del conjunto de Guillermo Arenas (33-38).
Una ventaja que reflejaba el dominio del Melilla en el juego y que pudo ampliar al descanso con dos canastas de calidad de Balaban en poste bajo para llegar con la máxima de siete puntos al final del segundo cuarto (36-43).
Tras el intermedio todo quedaría sentenciado porque sin alardes, pero manteniendo el plan de juego del segundo cuarto, el Melilla consiguió dejar sin anotar cinco minutos al Oviedo y firmó un parcial de 0-10, a pesar de la continua sucesión de tiros libres fallados. La diferencia llegó a los 18 puntos a 2:50 para el final del cuarto tras un triple de Rodrigo, y solo con destellos de Rodríguez y Balaban y dejando a Oviedo en dos canastas en juego en todo el cuarto, le bastó para sentenciar el triunfo y comenzar a jugar por el average particular en el último cuarto.
Un average (la desventaja era de tres puntos, 67-70 en el encuentro de la primera vuelta) que tampoco peligró y que consiguió con suficiencia porque ante la mínima reacción del equipo ovetense tras el 47-66, llegando a una desventaja de 11 puntos a 4:34 para el final, aparecieron Davis y Balaban para comandar el ataque y conseguir un cómodo final de partido para firmar una victoria de valor doble clave para la permanencia ante un rival que, como dato revelador de su desempeño, pasó de un acierto de 7 de 10 en tiros de tres en el primer cuarto a un 2 de 24 en los tres siguientes cuartos.
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