Ante la Virgen de la Victoria, patrona y alcaldesa perpetua de Melilla, la Hermandad del Rocío se prepara para encarar desde hoy su peregrinar hasta la planta de la Blanca Paloma.
Ayer, los rocieros melillenses celebraron su Función Principal en la parroquia de la Purísima Concepción, en Melilla La Vieja.
A las doce y media pasadas del mediodía de ayer el vicario episcopal, Roberto Rojo, ofició la solemne misa que puso fin al Triduo en honor a María Santísima. Con el Simpecado rociero en el altar y ante la patrona de la ciudad, los rocieros se despidieron de Melilla prometiendo llevar hasta la Señora de las Marismas de Almonte las peticiones de sus paisanos.
Imposición de medallas
En dicha misa, bajo los cánticos del coro rociero de la localidad, el hermano mayor, Juan Eladio, impuso las medallas a los nuevos hermanos y hermanas. Además, las nuevas albacea de Culto y vocal de la misma área juraron su cargo ante la hermandad y la Virgen de la Victoria.
Tras la Eucaristía, los rocieros se despidieron de la Congregación de la Victoria y emprendieron rumbo hasta su sede social, en los alrededores de la Alcazaba. Allí vivieron una jornada de hermandad. Mañana comienzan su peregrinar hasta la Aldea del Rocío y llegarán el miércoles. El jueves y viernes lo pasarán en Sevilla con su hermandad madrina y recorrerán las arenas hasta llegar a la planta de la Rocina el viernes.