José Ángel Fernández y María Moreno han decido que la bandera de Melilla, su ciudad, sea conocida en todos los rincones del mundo. La pareja, que hizo ondear la insignia melillense por primera vez en la cumbre del Mulhacén, el pasado verano, ha continuado con esta tradición por todos los lugares a los que se han desplazado este año.
Los dos jóvenes, amantes del montañismo y de los viajes, han recorrido varias ciudades, tanto dentro como fuera de España, y en su maleta nunca ha faltado la bandera de la ciudad autónoma.
Aunque su mayor pasión es el montañismo, no sólo las cimas son testigo de la llegada de la pareja. José Ángel asegura que lleva la bandera de su ciudad a cualquier lugar que visita y que de esta forma tiene dos objetivos. Uno es demostrar que se siente orgulloso de su procedencia y otra “enseñar a los melillenses que su insignia puede estar en cualquier sitio del mundo”.
Por esta razón, el senderista decidió recopilar todas las imágenes en las que se muestran los lugares a los que ha llegado con su bandera. Es el inicio de un album de recuerdos, que el melillense espera que sea mucho más extenso.
Atenas, Almería, Roma, Pompeya o Murcia son algunas de las ciudades por las que la bandera de la ciudad ya se ha paseado, aunque no serán las únicas, porque tanto José Ángel como su novia quieren continuar llevando la insignia de Melilla en todos sus futuros viajes.
Las alturas tampoco son ya novedosas para el estandarte de la ciudad autónoma. En la Sierra de Los Filabres, estuvo a más de 2.000 metros, en Tetica de Bacares, también superó esta altura en el Calar Alto, pico de la misma montaña y en los Revolcadores murcianos. A más de 1.700 ondeó en la Sierra de Lúcar y a 1.300 en el Cerro de Moteagud, además de los 1.293 metros del volcán del Vesubio, y sin olvidar los 3.478 del Mulhacén, el pico más alto de la península.
La pareja de montañeros pretende seguir llegando alto con su bandera y para el año que viene ya tienen previsto el ascenso al Teide, la cumbre del país. Su objetivo es ir paso a paso y llegar a subir estas cimas más complicadas, junto a la bandera de la ciudad. Mientras la pareja continuará disfrutando de lo que más les gusta, descubrir todas las posibilidades que ofrece la naturaleza.