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Melilla rinde homenaje a las víctimas del genocidio antigitano en Europa

En un motivo acto celebrado en la Consejería de Cultura de Melilla, alrededor de 40 personas pertenecientes a distintos ámbitos de la sociedad, han rendido homenaje a las víctimas del genocidio antigitano que hubo en Europa durante la Segunda Guerra Mundial.

Aunque aún falta investigación sobre lo ocurrido, se estima que entre un millón y dos millones de personas de esta etnia fueron asesinadas por el régimen nazi.

El acto estuvo presentado por Amaya Montoya, del Instituto de Cultura Gitana, quien ha subrayado que el Memorial del Samudaripen aboga por la protección de los derechos fundamentales de todo ser humano para impedir que sucesos como aquellos no se vuelvan a repetir e insta al compromiso social e institucional de estar alerta, prevenir y combatir cualquier expresión de racismo, xenofobia, discriminación y estigmatización.

La consejera de Cultura, Elena Fernández Treviño, ha acudido al acto y en unas declaraciones ante los asistentes, ha criticado el antigitanismo que hay todavía en la sociedad. Cree que este problema queda evidenciado con la falta de investigación que hay respecto al genocidio y ha señalado que hay un proceso de deshumanización de la historia, de la cultura "y sin duda, de las personas gitanas".

Diego Fernández, el director del Instituto de Cultura Gitana, ha recalcado en sus discurso que la persecución al pueblo gintano no fue solo durante la Segunda Guerra Mundial, sino que incluso en España, en la época de los Borbones, hubo leyes crueles contra los gitanos y hubo personajes históricos como el obispo​​ Vázquez Tablada o el Marqués de la Ensenada que protagonizaron dichas persecuciones.

Ha explicado que hubo un momento en el siglo XVII en el que se dio la orden de detener en una sola noche a todas las familias gitanas que las autoridades tenían localizadas. Los hombres fueron enviados a trabajar en minas y las mujeres a distintas cárceles.

En este sentido, Fernández ha dicho que era el fundamentalismo religioso el que estaba en contra del pueblo gitano más que la sociedad española en sí.

Como gesto simbólico, distintos representantes de la sociedad melillense colocaron flores en la bandera gitana; también se ha interpretado la canción 'Gelem, gelem'. “Libres como el viento” fue la frase con la que se dio por finalizado el acto.

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