La ciudad continúa con una tendencia contraria a la del conjunto, donde se produjo una bajada l Vázquez prevé que unas trescientas personas, procedentes de planes de empleo, se sumen a las listas del Inem en este mes.
La sangría del paro no cesa en Melilla. Tal y como anunció el propio director provincial del SEPE (Servicio Público de Empleo Estatal), Antonio Vázquez, hace más de un mes, los datos de julio han sido “muy malos”. El final de las contrataciones de los planes de empleo, que siguen siendo lo que marca las bajadas y subidas del desempleo en nuestra ciudad, ha hecho que la cifra aumente y se llegué a los 13.488. Pero lo más preocupante es que aún no se ha tocado techo, este mes será peor. Vázquez dijo ayer en declaraciones a El Faro que no cree que se alcancen los 14.000 desempleados, pero que la cifra no se quedará muy lejos porque aún quedan por terminarse más de 300 contratos de los planes de empleo de este año. Según las cifras del SEPE Melilla fue la región en la que más creció el desempleo el mes pasado y la tendencia volvió a ser, igual que en junio, la contraria a la media del país, donde se produjo, por quinto mes consecutivo un descenso del desempleo.
Hay que recordar, además, que la última vez que el desempleo bajó en la ciudad fue en febrero, precisamente gracias a las últimas contrataciones de los planes de empleo. Desde entonces, no sólo no se han creado nuevos puestos de trabajo, sino que se han destruido. En sólo cinco meses, más de 1.600 personas, el 2% de la población total de la ciudad, se han sumado a las listas del INEM. En los últimos tres años el aumento ha sido de más de 5.000.
Según los datos publicados ayer por el Ministerio de Empleo el desempleo creció en Melilla un 6,88% en julio en comparación con el mes anterior, pero la subida es aún mayor si se compara con el mismo mes de 2012, en concreto de un 10%.
Pero hay un dato que es quizás el más preocupante de todos, y es que la cobertura económica de estos desempleados se agota, lo que indica que gran parte de ellos son desempleados de larga duración. En concreto, el mes pasado sólo 3.811 desempleados cobraban algún tipo de prestación por su situación laboral (prestación contributiva, subsidio o renta activa de inserción), es decir, el 28% del total. Esto significa que 6 de cada 10 parados en nuestra ciudad no cuenta ya con ningún tipo de ingreso.
Del total de desempleados, 2.565, el 20% del total, eran menores de 25 años, y 7.655, más del 56% era mujer, lo que sigue apuntando en la misma línea que meses anteriores, esto es, el desempleo en Melilla continúa teniendo cara de mujer joven. En cuanto a los parados de nacionalidad extranjera, éstos eran el mes pasado 2.825, un 21% del total.
Las cifras del SEPE hacen también referencia al número de contratos que se firmaron el mes pasado en nuestra ciudad. En total fueron 1.489, una cifra bastante superior a la de junio cuando se registraron un total de 1.182. La mayoría de estos nuevos contratos, el 91%, fueron temporales, sólo 125 eran de carácter indefinido.
Importación de parados
El director provincial del SEPE insistió, un mes más, en la influencia que tiene la importación de parados en el aumento de las listas del desempleo de nuestra ciudad. Vázquez reconoció que en el caso de los datos de julio, éstos están más marcados por el final de los planes de empleo, pero aseguró que también ha influido el hecho de que lleguen procedentes de la península personas sin trabajo, que en la mayoría de los casos han agotado ya sus prestaciones. En total, en julio llegaron a nuestra ciudad 108 personas de otras ciudades para inscribirse en las listas del INEM. Barcelona y Málaga fueron una vez más las principales ciudades de origen. Vázquez precisó que desde el mes de abril, momento en el que desde el SEPE comenzaron a contabilizar a las personas que llegaban de la península, se han inscrito un total de 399 personas, una cifra que el director provincial aseguró que es muy alta para una ciudad como Melilla.
El máximo responsable del SEPE en nuestra ciudad reconoció que las cifras son “preocupantes” pero apuntó que los datos nacionales son esperanzadores y que pueden estar apuntando ya en un cambio de tendencia real. Vázquez recordó que el paro bajó en el conjunto del país en más de 64.000 personas en julio y que era el quinto mes consecutivo de bajadas, lo que bajo su criterio puede significar que por fin se ha tocado fondo y el avance es real. Vázquez señaló que se trata de un camino largo y que el paso es lento, pero que el horizonte parece alentador. Además, señaló que esperan que nuestra ciudad se contagie pronto de este repunte que se está produciendo en todo el país.
No obstante, el propio director del SEPE ya reconoció en junio que la creación de empleo en Melilla es complicada y pasa por la puesta en marcha de grandes proyectos como la ampliación del Puerto, que se ha convertido en la gran esperanza para la ciudad. La otra cara de la moneda, es la de los planes de empleo, que volverán a provocar cifras positivas cuando se pongan en marcha a final de este año. Sin embargo, ésta no es una solución a largo plazo.
Mientras se espera el ‘contagio’ de optimismo de la península, el horizonte en nuestra ciudad es bastante oscuro, y con casi total seguridad las cifras continuarán avanzando en una tendencia distinta a la del conjunto del país. Si en la mayoría de las regiones españolas el verano se presenta como un momento en el que aumenta la contratación estacional debido al incremento del turismo, en Melilla julio y agosto ponen la puntilla a una lista cada vez más interminable, en la que detrás de cada número hay cientos de historias de personas que no pueden pagar sus facturas, no tienen dinero para dar de desayunar a sus hijos y evidentemente, hace mucho tiempo que dejaron de ser consumidores en los comercios locales. La solidaridad de muchas entidades está permitiendo a muchas de estas familias seguir adelante, pero ni siquiera las ONG tienen ya capacidad de respuesta.
La otra cara de la moneda la representan los comerciantes y hosteleros de la ciudad, el sector que sustenta gran parte de la economía local, cuyos beneficios cada vez se reducen más. El secretario de la Confederación de Empresarios de Melilla (CEME), Jerónimo Pérez, aseguraba hace unos días en este periódico que mientras que no haya consumo no habrá trabajo, pero que mientras que el paro siga creciendo será imposible que la gente compre. “Es la pescadilla que se muerde la cola”, dijo Pérez. La recuperación de la confianza suena a utopía en una ciudad en la que casi el 17% de su población está inscrita en la lista ‘negra’ del paro.