Melilla no quiere ser cuestión de estado

Hoy viernes 13 de marzo, la Ciudad Autónoma ha organizado un festejo para celebrar los 25 años del Estatuto de Autonomía. Desde mi punto de vista no hay nada que celebrar, sí recordar por qué hemos llegado a esta situación de no pertenecer a la España autonómica.

El modelo “autonómico” que nos dio la Ley Orgánica, de 13 de marzo, de Estatuto de Autonomía de Melilla (BOE núm. 62, de 14 de marzo de 1995) no es acorde a la previsión constitucional. Éste hecho fue la ruptura de la voluntad de un pueblo a la imposición de los despacho “desconocedores” de la realidad de Melilla. No fue un Estatuto conquistado, sino impuesto desde la burocracia que marcaba la cuestión de Estado (léase Marruecos). Este razonamiento lo impuso el Gobierno socialista del momento (por cierto el presidente González nunca visitó Melilla en su extenso mandato. Sí tuvo tiempo para pescar en Alborán) y aceptado por el PP que prefirieron concedernos una carta municipal para no molestar a los “vecinos”, eso sí envuelta con el papel de celofán de Ley Orgánica.

La Constitución del 78, a través de su Disposición Transitoria Quinta, reconoce que las ciudades de Ceuta y Melilla podrán constituirse en Comunidades Autónomas si así lo deciden sus respectivos Ayuntamientos, mediante acuerdo adoptado por la mayoría absoluta de sus miembros y así lo autorizan las Cortes Generales, mediante una ley orgánica, en los términos previstos en el artículo 144.

El Ayuntamiento de Melilla cumplió este precepto constitucional en octubre de 1981. El que no cumplió este mandato fue el Gobierno de España, el Parlamento no autorizó dicha petición, sino que nos “aprobaron unilateralmente a través de la utilización aislada del artículo 144b, sin que se formaran Asambleas redactoras representativas de los territorios afectados (Ceuta y Melilla) que procedieran a elaborar los respectivos textos estatutarios, como pasó en el resto de las autonomías” (R. Estrena Cuesta).

Desde 1981 a 1995 ocurrieron hechos muy reseñables, como la oposición de Alianza Popular (en la persona de su vicesecretario general de entonces , José María Aznar López). El PSOE al principio era favorable el acceso a ser Comunidad Autónoma, después cambió y se entregó a los burócratas del partido a nivel federal. El PP cambió y recambió hasta llegar a un acuerdo de despacho de la situación actual. Pero en este vaivén se dio un hecho significativo: el abandono del diputado José Luis Sánchez Usero (PP) de su pertenencia partidaria y pasar al grupo mixto por rechazar la incoherencia del PSOE y el PP en este tema. Fue el único representante electo que mantuvo la dignidad en defensa de la Autonomía de Melilla. Algún día habrá que reconocérselo y no premiar a los insignicantes acomodaticios del momento.

En febrero de 2006 el Consejo de Estado en su informe sobre “Modificaciones de la Constitución Española”, aborda esta cuestión y propone para que Melila y Ceuta tengan una autonomía como las demás, la modificación del artículo 137 y tenga la siguiente redacción:

1. España se organiza territorialmente en Comunidades Autónomas y Ciudades Autónomas, así como en municipios y provincias.

2. Las Comunidades y Ciudades Autónomas gozan de autonomía en los términos previstos por la Constitución y los respectivos Estatutos. La ley asegurará la autonomía de municipios y provincias para la gestión de sus respectivos intereses.

Y reflexiona el Consejo de Estado:

“Pero como las Leyes Orgánicas 1 y 2 de 1995, ambas de 13 de marzo, dictadas de acuerdo con lo previsto en el artículo 144 b), no hicieron uso expreso de esta disposición transitoria, no cabe afirmar tampoco que sus efectos se hayan agotado. Si se desea mantener abierta la posibilidad que en ella se contempla, ha de tenerse en cuenta, sin embargo, que la reforma que se proyecta consagra explícitamente la existencia de Ceuta y de Melilla como Ciudades Autónomas y que, en consecuencia, la creación de Comunidades Autónomas sobre el territorio de estas Ciudades.”

Si la Constitución del 78 lo preveía y el Consejo de Estado lo ratifica ¿por qué no somos Comunidad Autónoma? Solo se me ocurre una respuesta: por cuestión de Estado. Porque molesta a alguien. Melilla y Ceuta no quieren ser cuestión de Estado, quieren ser Estado, como las demás autonomías.

En esta fecha, viernes 13, nos quieren vender la bonanza del actual falacia de Estatuto. Qué error, qué inmenso error. Hoy tendría que ser una fecha reivindicativa en el avance autonómico como está ocurriendo en muchos territorios de España.

Voy a exponer las líneas que tendría que tener un auténtico Estatuto de Autonomía.

­Políticas:

Asamblea constituyente que redacte un nuevo Estatuto y se apruebe por referéndum.

Donde se contemplen las competencias básicas del Estatuto de Autonomía.

1.- Capacidad legislativa en las competencias transferidas y legislar una adenda a las leyes del Estado que afecten directamente a Melilla. Y la previsión de las facultades de disolución de la Asamblea y convocatoria anticipada de elecciones autonómicas.

2.- Deslindar la titularidad de la Presidencia de la Ciudad de la Presidencia de la Asamblea.

3.- Senador autonómico.

4.- Limitación de mandatos a 8 años.

5.- No habrá inmunidad parlamentaria.

6.- Constitución de una sala específica y permanente del TSJ en Melilla.

7.- Legitimación activa ante el Tribunal Constitucional.

8.- Las competencias contempladas en el artículo 148 CE y algunas contempladas en el artículo 152.

9.- El reconocimiento explícito de una sociedad plural, tanto en cultura, costumbres, expresiones religiosas, diversidad lingüística. Desde el punto de vista de la laicidad.

10.- La organización, estructura, régimen y funcionamiento de sus instituciones de autogobierno como todas las autonomías.

Económicas

1.- Asegurar los recursos financieros establecidos para las entidades locales tanto como ayuntamientos como diputaciones al estar obligados a prestar los servicios inherentes a ambos tipos de administraciones.

2.- Potenciar los recursos establecidos en el Sistema de Financiación Autonómico (incrementándose en las verdaderas competencias que se llevan a cabo por la ciudad y que sobrepasan las de cualquier ciudad española).

3.- Mejora y actualización en la gestión de los procedimientos de la operativa aduanera.

4.- Actualizar el régimen fiscal mediante un sistema impositivo ágil y dinámico que se adapte a las circunstancias actuales mediante iniciativas legislativas autonómicas.

5.-Implantanción de la Zona Especial Melilla (ZEM), con una baja tributación en un régimen similar al establecido en otras Zonas Especiales.

6.- Creación del Observatorio Económico Social como entidad de análisis, estudios y propuestas a la Asamblea de la Ciudad para solucionar los problemas socio-económicos de la ciudad y como consultor de las inicativas legislativas de nuestra Asamblea.

La estructura de la celebración que se iba a desarrollar hoy es un poco o mucho pazguata, insulsa como sus propias mentes organizativas. Decía Marx (Karl no Groucho) “la política es un teatro de sombras”, y yo le añadiría de sombras chinescas, eso es lo que iba a pasar hoy en el salón dorado. Porque no existen “padres autonómicos”. No hubo Asamblea Constituyente, no hubo comisión redactora del Estatuto, sí hubo obedientes y disciplinados transportistas del texto que le dieron.

La bandera autonómica tendría que haberla levantado el único partido local (CPM). Lamentable que no sea ésta su preocupación.

Por eso este día que debería ser histórico porque la sociedad civil melillense inició su conquista estatutaria para consolidar su futuro-próspero español.