El Gobierno de Sánchez dice que la media de ocupación de puestos de trabajo de la Policía Nacional en Melilla es superior a la media nacional. En nuestra ciudad, el nivel de ocupación de la plantilla está en el 95.89% frente al 91.05% de todo el país.
Los datos forman parte de la respuesta que el Gobierno ha dado al senador Carles Mulet, en la que también detalla el aumento de la partida presupuestaria para la Dirección General de la Policía en 2022 y deja de manifiesto su apuesta por "mejorar las dotaciones, equipamientos e infraestructuras" del Cuerpo.
Hasta ahí todo parece dentro de lo que es habitual en una contestación gubernamental, medida y estimada para dejar claro el gran esfuerzo que se hace en la materia objeto de pregunta.
Sin embargo, hay que hacer alguna que otra matización.
La más importante de todas es que la situación específica de Melilla como ciudad fronteriza con un tercer país extracomunitario impide que los datos se fijen con el mismo criterio como si estuvieran hablando de Burgos, Valencia o Toledo. ¿O es que acaso en Logroño se producen saltos de inmigrantes o tienen una valla fronteriza que proteger?
Nuestra ciudad tiene unas especificidades que el Gobierno se empeña en no contemplar cuando da datos relativos al Cuerpo Nacional de Policía o, en su caso, la Guardia Civil. No, señores del Gobierno: Melilla requiere de la aplicación de criterios muy distintos a los de otros territorios y no puede entrar en igualdad de condiciones en esas medias estadísticas que tanto le gustan a todos los gobiernos.
Si hay algo en que coincidan los sindicatos policiales y las asociaciones de la Guardia Civil, es en la necesidad del refuerzo de sus plantillas, máxime cuando reabran las fronteras y haya que destinar buena parte del personal a la custodia de los pasos con Marruecos.
Y ese personal destinado en la frontera debe contar también con toda la garantía de reconocimiento de sus funciones a través del correspondiente Catálogo de Puestos de Trabajo, además de, por supuesto, un protocolo de actuación para saber en cada momento cuáles son las normas a cumplir durante su turno.
En definitiva, la ciudad no puede estar desprotegida y a expensas de que lleguen refuerzos puntuales cuando el salto de la valla ya se ha producido. Eso no resulta de recibo para los melillenses, que solo queremos tener unos Cuerpos y Fuerzas de Seguridad acordes con nuestra peculiaridad.
Por eso pedimos que se respeten nuestras peculiaridades, no nos metan en el mismo saco que a los demás y tengan en cuenta la realidad de la frontera para destinar los recursos policiales y de la Guardia Civil que de facto necesitamos.
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