Melilla es la autónomía con menor cantidad de empresas start-ups, que son aquellas de reciente creación con una actividad tecnológica o innovadora, entre 2016 y 2021, de acuerdo con un estudio de Informa D&B, la compañía líder en el suministro de Información Comercial, Financiera, Sectorial y de Marketing.
En concreto, la ciudad autónoma tienen una start-ups menos que su hermana Ceuta: 12 frente a 13. Claro que, aquí no están incluidas las empresas pertenecientes a grupos consolidados, pues es fundamental distinguir las que se crean dentro de un grupo importante de las que son independientes.
Además, con 420, Melilla es la segunda autonomía con menos empresas creadas en el último quinquenio, lo que supone apenas el 0,10% de las 423.508 de ellas registradas en España. Así, la ciudad autónoma se ha ubicado sólo mejor parada que Ceuta, donde en los mismos cinco años fueron creadas 323 empresas.
Aquí, vale hacer un paréntesis para explicar que, durante el periodo estudiado, se crearon 570.429 empresas en el país, de las cuales sólo las referidas 423.508 (cerca del 75%) están activas actualmente.
Mientras, a nivel nacional, 23.383 de las 423.508 fundadas en igual periodo son entendidas como potenciales start-ups, es decir, el 4,10% del total. Además, cerca del 62 % de las start-ups se concentran en tres comunidades: Madrid, Cataluña y Andalucía.
De acuerdo con lo que refiere el informe especializado, se habla de potenciales empresas emergentes ya que, de esta selección, sólo una parte se convertirá en empresas innovadoras de alto crecimiento, las cuales se han comparado con un grupo de control con la misma antigüedad, pero que no desarrolla una actividad tecnológica o innovadora. Por ende, en Melilla, el grupo de control lo conforman 408 empresas.
No obstante, si se compara el número de start-ups con el total de creación de sociedades por autonomías, existe una mayor proporción de potenciales empresas emergentes en La Rioja (13,67% del total de las creadas), Canarias (7,37%) y Navarra (6,89%). En tanto, Madrid y Cataluña tienen tasas similares: 6,67% y 6,55%, respectivamente.
Según demuestran los expertos, a pesar de considerarse generalmente empresas de riesgo, las start-ups tienen una tasa de supervivencia mayor a la del grupo de control.
Tras comparar los resultados financieros de las start-ups y del grupo de empresas, tanto en términos de
rentabilidad como de facturación por empleados, los de las start-ups fueron mejores que los del grupo de empresas en 2020.
Asimismo, se precisa que las start-ups tienen una tasa de empleados por empresa ligeramente superior a la del grupo de control: 6,98 frente a 4,74. Por otro lado, la proporción de empleados fijos es superior en las start-ups que en el grupo de control.
Ahora, si bien las start-ups desarrollan mayormente actividades tecnológicas, los servicios predominan sobre las actividades manufactureras; y, dentro de los servicios tecnológicos, la actividad de programación es la más frecuente.
Además, se observa una mayor actividad digital y de comunicación en las start-ups que en el grupo de control, lo que puede deberse a la necesidad de los inversores de darse a conocer.
Por último, se destaca que la presencia internacional es muy baja en ambos grupos, seguramente debido a su reciente creación.
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