Los 200 moteros que durante este fin de semana están dando vida a la ciudad disfrutaron ayer de un sábado legionario y de una cena de gala con concierto de rock.
No tienen nada más que palabras de agradecimiento para los melillenses. Los moteros más famosos de la ciudad destacan el cariño y la hospitalidad con la que han sido recibidos en la ciudad. Algunos incluso afirman que ninguna otra población les ha tenido tan en cuenta y ha sido tan amable. Sólo los melillenses. Hospitalarios, serviciales y curiosos. Así ven los Ángeles Guardianes a los ciudadanos de Melilla.
No paran de hacer actividades. De un lado para otro tienen que ir porque la organización del evento está tan bien ideada que casi no van a tener tiempo de visitar con más tranquilidad los rincones de El Pueblo o las céntricas calles modernistas.
Ayer fueron los protagonistas del sábado legionario. Todos los motoristas con los que habló ayer este medio resaltaban lo emocionante que había sido ver a la Legión en su cuartel haciendo esa instrucción. Más si cabe porque saben que fue casi para ellos en exclusiva.
También estuvieron en la carrera que la Legión organizaba ayer por la ciudad. Escoltaron a los participantes con sus motos de grandes cilindradas y le dieron un toque más roquero y divertido a una prueba deportiva, que se las prometía muy dura.
Pero eso no fue suficiente. Comieron todos juntos, una gran paella, como manda la tradición española cuando llega el fin de semana. Y para bajar el arroz, tuvieron una fiesta en un pub del Puerto Noray. Algunos se retiraron pronto, pero otros pensaron que tenían que aprovechar el buen día que hacia en Melilla y continuar las charlas con los compañeros de otras delegaciones en esta fiesta.
Mientra estos se divertían, los melillenses se acercaban al aparcamiento que hay frente al puerto deportivo para admirar las motos. La gran mayoría tenía colgada una bandera de la Legión. Y es que los legionarios de Melilla entregaron a cada participante una bandera de España con los símbolos de esta unidad del Ejército.
Fueron muchos los ciudadanos que se acercaron hasta este aparcamiento para admirar estos vehículos. Se fijaron en las pegatinas e incluso imaginaban cómo sería manejar una moto de esa cilindrada.
Los de fuera
“Allá donde se dejas una moto se convierte en una atracción para la gente de Melilla”, asegura Manuel Beltrán ‘Turbio’, el presidente de la delegación de Ángeles Guardianes de Jaén. Este aficionado a las motos ya conocía la ciudad. Estuvo aquí trabajando hace unos nueve años y asegura que la ha encontrado muy cambiada, “pero a mejor”.
Destaca que los recuerdos que tenía de la gente son iguales que los que ha vuelto a vivir en estos días. La calidez, el cariño o lo servicial que son los melillenses no han cambiado en estos años.
La delegación de Jaén cuenta con cinco años de vida. Son 29 los moteros activos en esta región de España con el título de Ángeles Guardianes. ‘Turbio’ afirma que para pertenecer a esta entidad, además de ser un componente de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, se debe amar a las motos. Además, indica que una de las características de estos moteros es que les gusta estrechar lazos con otros miembros de la Policía y otros cuerpos de seguridad. “El reencuentro con los hermanos es un aliciente”, apunta.
Las concentraciones, como la de Melilla, les permite conocer gente afín a sus gustos, que comparte experiencias de trabajo con ellos y que desea pasar unos días tranquilos y disfrutando mucho del entorno en que hayan quedado.
‘Turbio’asegura que los delegados de Ángeles Guardianes de Melilla “se han metido un curro grande”. Destaca que han tenido que hacer “un esfuerzo titánico” para poder emprender tantas actividades. Indica que el trabajo de los delegados de Melilla “no está pagado”. Aunque sabe que sus compañeros melillenses estarán satisfechos con sólo ver que los 200 moteros están disfrutando de cada segundo en esta ciudad.
También resalta ‘Turbio’ la colaboración de las autoridades melillenses y marroquíes. Afirma que un viaje a Saïdia cruzando por la frontera con 200 motos no es sencillo de organizar.
Juan Luis Cabrera, el secretario de la delegación de Jaén, secunda cada palabra de ‘Turbio’. Afirma que tenían muchas ganas de visitar Melilla porque sus compañeros no hacían nada más que hablar de lo bonita que era la ciudad. Le ha encantado y resalta la atención constante que han tenido. Especialmente señala el sábado legionario. Asegura que fue muy emocionante para ellos.
Dos de los antiguos
Manuel Plazas es de la delegación de Girona. Ha venido solo. Es el único que ha podido conciliar vacaciones con este evento. Es la sexta vez que visita Melilla y porque la conoce, no podía faltar a esta cita.
Es uno de los primeros en enfundarse un chaleco de los Ángeles Guardianes. Tiene el número 20 escrito en su carnet de socio.
Plazas ha visto cómo ha ido creciendo esta entidad desde que hace unos años un grupo de policías decidieran fundar esta asociación de moteros.
Ha crecido tanto esta agrupación de apasionados de las motos que afirma que se le está dando prestigio. Buena parte de las actividades que disfrutan es porque se les va conociendo y son queridos allá donde van.
Destaca que el perfil de los Ángeles Guardianes es el de una persona a la que le gusta servir al ciudadano y que disfruta recorriendo lugares con su moto.
Otro ‘loco’ que sonríe cuando hace rugir el motor de su ‘dos ruedas’ es ‘Quijote’, como llaman a Antonio Villa . Lleva desde los 18 años encima de moto y ahora, tiene 60. Viene de Córdoba con su pareja porque no puede ‘retirase’ de las carreteras como han hecho otros de sus compañeros.
‘Quijote’ conoció Melilla en el 1985. Desde entonces no había vuelto y se ha llevado una sorpresa. Fue a visitar el Hotel Avenida, en el que se hospedó, pero ya no existe. Le ha encantado ver cómo el centro modernista está cuidado y espera que hoy le de tiempo de visitar algo más de la ciudad con tranquilidad.
El sábado legionario es uno de los recuerdos que se lleva sin duda alguna. Además, destaca la buena organización de la delegación de Ángeles Guardianes de Melilla. Que siendo tan ‘joven’ haya podido organizar un evento de estas dimensiones es sorprendete y dificilísimo, apunta.
La implicación de los melillenses es algo “irrepetible”. Afirma que la gente de los sitios en los que hacen las concentraciones no se vuelca tanto con ellos.
Los apadrinados
Ángel Gutiérrez ‘Arcángel’ y Mati Vall d’ Cabres ‘Campanilla’ son apadrinados de Ángeles Guardianes de Valencia. Esto quiere decir que no son componentes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, pero al ser funcionarios públicos se les ha dejado entrar en esta entidad. Ellos se han venido con dos familiares más y “con toda la ilusión a Melilla”.
En esta concentración han sido los encargados de la intendencia, es decir, han viajado en coche para llevar las tiendas de campaña de muchos moteros y el resto de equipaje pesado.
La acogida de los melillenses ha sido lo mejor del viaje. Aseguran que la colaboración de las autoridades de Melilla ha hecho que no haya ningún accidente en la ciudad y eso que son 200 circulando. Además, afirman que van a tener que volver en unos meses a Melilla, porque con tanta actividad organizada no les ha dado tiempo de recorrer las calles de El Pueblo ni de caminar por el centro de la ciudad para admirar el modernismo de sus edificios. Como la ciudad tiene mar, van a intentar volver en verano y así disfrutar de las magníficas playas que les han dicho que hay aquí. Se van a ir “flipando” con todas las experiencias que han vivido estos días.
Una experiencia “magnífica” para los participantes
Juan Carlos García Merino, el presidente de Ángeles Guardianes a nivel nacional, asegura a El Faro que la experiencia de estos días en Melilla está siendo “magnífica”.
Indica que esta concentración les permite hacer cosas distintas a las que hacen en la península. Merino, que es como se le conoce en este mundo del motor, afirma que cruzar el charco ya es una buena forma de romper la rutina que pueden tener en sus sedes. Además, con la escusa de que tienen que coger el barco siempre se acaba cogiendo un día o dos más de vacaciones. Al igual que ocurre cuando van a Ibiza o Palma de Mallorca.
“Nos hemos presentado más de 200 motos de unos 350 que hay, así que es una pasada”, apunta.
El presidente de Ángeles Guardianes explica que no les llamaron locos cuando plantearon la posibilidad de venir a Melilla para realizar aquí esta congregación. Destaca que la organización de todo el evento ha sido perfecta por parte de los delegados de la ciudad y resalta la colaboración de las autoridades de Melilla y de los ciudadanos.
Merino asegura que es un gasto añadido llegar a la ciudad por su lejanía respecto a la península, pero afirma que lo hacen con gusto. Además, explica que han contado con descuentos en los paquetes turísticos especialmente diseñados para ellos.
El presidente de esta entidad de moteros resalta que Ángeles Guardianes “haya vuelto a resurgir en Melilla” con los nuevos delegados. Señala que entre los 200 moteros hay gente de toda España y una delegación de Andorra, ya que esta entidad también es internacional (tienen sedes en Francia y Portugal).
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