La prensa argelina se ha hecho eco de las declaraciones que Víctor Gamero, presidente del Puerto de Melilla, hizo esta semana en una entrevista concedida a El Faro, en la que aludió al interés manifestado por empresarios chinos y marroquíes en torno a la línea marítima Melilla-Argelia.
Pese a las gestiones que la patronal melillense ha hecho con Exteriores, a través de la delegada del Gobierno, Sabrina Moh, el proyecto no acaba de despegar.
De hecho, parece que no gustó a la ex ministra de Exteriores Arancha González Laya porque desde la Confederación de Empresarios de Melilla le pidieron una entrevista para hablar del tema y ella nunca contestó a la solicitud.
La patronal melillense guardaba esperanzas de que las cosas mejorarían con el nuevo ministro de Exteriores, José Manuel Albares, pero todo está donde estaba antes. Melilla apuesta por la línea con Argelia, hay una naviera interesada en hacer esa ruta, pero el Gobierno de España no se pronuncia.
"No hay reacciones para avanzar en este tema", admiten desde la patronal y, además, confiesan que éste es el motivo por el que no han pedido una entrevista al actual ministro.
Desde la CEME dan por hecho que un proyecto que todos ven interesante no sale adelante por temor a molestar a Marruecos que, todo hay que decirlo, a día de hoy está molesto con mucha gente.
Marruecos mantiene cerradas sus fronteras con España, tiene problemas diplomáticos con Alemania, Francia le ha recortado visados a sus nacionales, está en guerra con el Frente Polisario y al borde del conflicto bélico con Argelia a raíz de la acusación de que un dron marroquí ha matado a tres camioneros argelinos en territorio saharaui.
Por supuesto, en Marruecos niegan la mayor; culpan del asesinato de los tres camioneros argelinos al Frente Polisario y acusan a Argelia de armar al ejército saharaui (foto).
Pero volviendo a España, la CEME defiende el derecho de "un país a decidir su futuro" y respecto a la propuesta de abrir la línea entre Melilla y Argelia, creen que debe ser el Ministerio de Exteriores quien debe dar el primer paso.
Exteriores, por su parte, echa balones fuera y dice que no es el único ministerio con competencias en este asunto.
Sin embargo, cuando todo parecía que volvía a la normalidad, las tensiones entre Argelia y Marruecos se han elevado a niveles preocupantes, especialmente para los melillenses, que veíamos cerca la reapertura de la frontera y ahora las autoridades enmudecen cuando se les pregunta por el tema.
De hecho, el ministro Albares reconoció este jueves en el Congreso de los Diputados que no hay fecha para el retorno de la embajadora de Marruecos a Madrid, un gesto que se interpretaría como señal de reconciliación e invitaría a poner fecha a la apertura de la frontera.
Los empresarios de Melilla comentan que en los corrillos de los actos oficiales que se celebran en la ciudad la versión oficial es que no se sabe nada de reabrir la frontera, lo que les lleva a pensar que no hay interés en restablecer el tráfico fronterizo ni de la parte española, ni de la marroquí.
Si hasta ahora Marruecos decía que el obstáculo en la comunicación era la ministra González Laya, ese obstáculo ya no existe. La ministra fue cesada y el problema continúa enconado.
El empresariado melillense está convencido de que España y Marruecos pueden hacer mucho más por reabrir la frontera, pero ellos no perciben los esfuerzos de ninguna de las dos partes.
Yo creo que ha habido gestos, de una parte y de otra, pero esto va a un ritmo indeseado teniendo en cuenta que Melilla está en una situación de emergencia.
Ante este escenario de asfixia económica, la patronal melillense considera que la línea de Melilla con Argelia nos puede ayudar a volver a una normalidad que parecía encaminada, pero que ahora da la impresión de que se aleja.
"Si buscamos alternativas como Argelia y no avanza, qué alternativas buscamos", se preguntan desde la patronal, los empresarios de Melilla que están siendo muy castigados por la crisis de la frontera y saben que no podrán aguantar por tiempo indefinido con el volumen actual de negocio.
Desde Melilla, por nuestra situación geográfica, lo último que nos puede pasar es vernos envueltos en un conflicto en el Magreb que sólo puede empobrecer aún más a la región.
El cierre del gasoducto del Magreb afecta a Marruecos, pero también a España. Esa lectura hay que hacerla porque Argelia está dándole una patada a Rabat en culo español. Abrir una línea Melilla-Argelia ayudaría a disipar tensiones con Argel, pero nos obliga a posicionarnos en un conflicto del que ya formamos parte.
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