Melilla en Verde ha achacado las inundaciones de la pasada semana al uso excesivo del hormigón en el planeamiento urbanístico de la ciudad, lo que impide que el suelo absorba correctamente el agua de lluvia.
La organización ha denunciado los "graves" riesgos que se crean cuando llueve de forma copiosa "por la sencilla razón de que en los últimos 30 años la política urbanística ha sido la de sellar el suelo artificialmente".
Según han explicado los ecologistas, en zonas que eran de tierras y en las que se podía absorber parte de esa agua de lluvia, que además recargaba los acuíferos, hoy se encuentran barrios nuevos como Averroes o Tiro Nacional, y otras se han artificializado recientemente, como la plaza de la Cuatro Culturas o la explanada de San Lorenzo.
Allí ahora el agua debe ser vertida hacia las tuberías, que no son capaces de canalizarla cuando la cantidad de lluvia es grande. Ésta es la razón de que zonas bajas como la plaza de España se inunden y no sirvan "para nada" motores ni bombas.
Generalmente, en otras ciudades, los parques urbanos, los cinturones verdes y las zonas del extrarradio hacen de esponja por tener un suelo de tierra y bien cuidado, han resaltado desde Melilla en Verde.
Sin embargo, las zonas verdes de Melilla, como el Parque Hernández, el Parque Lobera o la propia explanada de San Lorenzo, tienen el suelo totalmente artificializado por lo que el agua caída no se filtra y se produce la escorrentía.
La asociación ecologista ha advertido también de que el agua que cayó la semana pasada fue de 78 litros por metro cuadrado en dos días, muy por debajo de los 198 litros por metro cuadrado que cayeron en una sola noche en el año 1985, algo que, si se llegara a repetir en la actualidad, sería "desastroso".
Por ende, Melilla en Verde ha criticado que las zonas verdes, los parques, las zonas rústicas y peatonales, y hasta el río se hayan promovido recurriendo demasiado al hormigón; y ha recalcado que las zonas rústicas empeoran el problema, visto que en su inmensa mayoría el suelo está "apelmazado, sin vegetación, erosionado y lleno de residuos".
En ese sentido, la entidad ha puesto énfasis en que en Melilla, independientemente del partido que gobierne, "los consejeros de Fomento y de Medio Ambiente han sido los más hormigoneros".
Además, ha defendido que las soluciones pasan por cambiar de forma "drástica y definitiva" la política urbanística y dejar de construir más carreteras, rotondas y viales nuevos.
Asimismo, Melilla en Verde cree necesario naturalizar los parques y los cauces, ajardinar las aceras grandes y cuidar las zonas sin urbanizar, cubriéndolas de vegetación que ayude a retener el agua y recargue los acuíferos.
Las anteriores medidas se encuentran en concordancia con las estrategias españolas y europeas en torno a las políticas sostenibles de urbanismo y los objetivos de la Agenda 2030, ha concluido la organización.
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