La Plaza de España y el centro de la ciudad se llenan estos días de flores, esculturas, macetas y sueños para celebrar la llegada de la primavera con Melilla en Flor.
En julio de 2018 la Consejería de Medio Ambiente incluyó este evento en el pliego de condiciones del contrato municipal de conservación y mantenimiento de parques y jardines locales.
Según explicó a El Faro el consejero de Medio Ambiente, Manuel Ángel Quevedo, la celebración de Melilla en Flor estará asegurada porque ahora sí está contemplada en el pliego.
No se trata sólo de exaltar la llegada de la primavera a nuestra ciudad sino de involucrar en ello y contagiar la ilusión a 600 niños de colegios públicos y concertados que durante toda la semana han estado escribiendo sus deseos en flores de papel, hechas a mano, que los trabajadores de la empresa Talher, la adjudicataria del contrato, están sembrando en los jardines de la Plaza de España.
Los melillenses podrán ver estos días varias esculturas como la de dos muñecos de madera que invitan a pensar en el Mago de Oz, un ramo gigante y hasta una serpiente de flores. Sólo hay que darse un paseo por la Plaza de España y la calle O’Donell o el Parque Hernández para disfrutar de un evento que no se celebraba en desde hace dos o tres años.
Ideal para fotos
A la inauguración de Melilla en Flor asistió ayer el presidente de la Ciudad, Juan José Imbroda, que se mostró encantado de ver cómo ha quedado el centro con sus parques, plazas y jardines completamente vestidos de flores y llenos de niños.
El jefe del Ejecutivo local recorrió la Plaza de España, el Parque Hernández y Menéndez Pelayo para disfrutar de la combinación excepcional de arquitectura y flores que tenemos estos días.
En una breve declaración a la prensa, sobre el tema de Melilla en Flor, el presidente comentó que la decoración primaveral del centro de la ciudad se convertirá en el marco ideal para las fotos de las decenas de comuniones, que se celebran a lo largo del mes de mayo en la ciudad.
En la Plaza de España Imbroda coincidió con filas y corros de niños de los colegios Velázquez, Buen Consejo y Reina Sofía. Todos llevaban en la mano una flor de cartulina con un deseo escrito.
Entre los peques, la nieta del consejero de Medio Ambiente, Manuel Ángel Quevedo, que posó orgulloso con la niña. Ella llevaba toda la semana pensando qué deseo escribiría en su flor.