El presidente del Gobierno local, Juan José Imbroda, fue el encargado de poner ayer la primera piedra del proyecto, que incrementará la actividad empresarial y estudiantil.
Melilla dio ayer el primer paso para potenciar el campo de las nuevas tecnologías a nivel local. El presidente del Gobierno autonómico, Juan José Imbroda, fue el encargado de poner la simbólica primera piedra del nuevo Centro Tecnológico I+D+i en Tecnología de la Información y la Comunicación, que se construirá en los terrenos del antiguo Fuerte de San Miguel.
A primera hora de la mañana, la máxima autoridad local acudió a la zona acompañado de varios dirigentes de su equipo de su Ejecutivo, como el consejero de Fomento, Miguel Marín y la Administraciones Públicas, Esther Donoso. También estuvo presente en el inicio de las obras el delegado del Gobierno, Abdelmalik El Barkani, antaño consejero de Presidencia y artífice de la redacción del proyecto.
En palabras a los medios de comunicación, Imbroda celebró que ayer comenzara a materializarse una vieja aspiración de la Ciudad Autónoma, gracias a la cual habrá una mayor actividad empresarial y universitaria en Melilla.
El presidente autonómico recordó que uno de los grandes objetivos de este proyecto es que el centro se convierta en un auténtico yacimiento de empleo e investigación, un vivero de empresas donde los jóvenes puedan adquirir experiencia y conocimientos. En este último aspecto, subrayó que ya existe un convenio de colaboración con la Universidad de Granada (UGR) para establecer un módulo de estudio en las instalaciones del edificio.
Por otro lado, puso de relieve que, de manera paralela a la obra, se instalará el segundo cable submarino para garantizar la comunicación entre Melilla y la península. Uno de los puntos de entrada del cable se encontrará en los sótanos del centro.
“Es una iniciativa igual de importante, pues meterá a la ciudad de lleno en la era de las nuevas comunicaciones y cubrirá con creces la demanda local de banda ancha”, añadió el presidente Imbroda.
Antes de que los obreros comenzaran su tarea, pidió perdón a los vecinos de antemano por las posibles molestias que pueda ocasionar la construcción, sobre todo en lo que a ruido se refiere. No en vano, recalcó que el proyecto mejorará la calidad de vida de todos los melillenses, por lo que pidió un poco de paciencia durante la realización de la obra, que tiene un plazo de ejecución de 18 meses.
Asimismo, afirmó que cada vez que hay en marcha una iniciativa de este tipo, se están creando puestos de trabajo en el sector de la construcción.
Así pues, en el plazo de un año y medio, si se cumplen los tiempos previstos, Melilla contará con un moderno Centro Tecnológico que aumentará la investigación, la actividad empresarial, la vida universitaria y la calidad de vida de los melillenses.
Sólo en lo que a creación de empleo se refiere, Imbroda señaló que la previsión es que generen unos cien puestos de trabajo, sin contar con los estudiantes que ganarán experiencia laboral en las instalaciones del centro.
Una inversión de 1,2 millones de euros.
El coste del nuevo Centro Tecnológico es de 1,2 millones de euros, siendo un proyecto cofinanciado por la Unión Europea (UE) a través del Fondo de Desarrollo Regional (Feder). El plazo de ejecución de la obra es de 18 meses y la adjudicataria la constructora Argar.
En lo que respecta a las características técnicas del inmueble, tendrá un acceso principal en la planta baja, por el extremo izquierdo de la fachada sur, aunque también contará con otro independiente en el flanco derecho, a través del cual se llegará a una sala multifuncional.
En el acceso principal se ha situado la recepción y el núcleo de comunicaciones, además de una escalera y un ascensor.
La distribución en la primera y la segunda planta se realizará a través de un pasillo central que discurre de oeste a este, con locales en ambos lados y al fondo.
En lo que respecta al primer piso, se instalará un aula de 25 metros cuadrados, dos de 35 metros y otras dos de 45 metros cuadrados. Además, habrá un laboratorio de informática y telecomunicaciones, una de las dependencias más importantes del edificio.
En la segunda planta se encontrará un despacho de 25 metros cuadrados y cuatro de 17. Asimismo, habrá una sala de reuniones y dos más donde trabajarán grupos de seis personas.
Lo más destacable del sótano es que albergará la cabecera del cable submarino, así como todo el equipamiento del edificio, tanto el informático como el de comunicaciones.
El proyecto ocupará una superficie de 1.310 metros cuadrados del antiguo Fuerte de San Miguel.
Si todo marcha según lo estipulado, dentro de un año y medio Melilla entrará de lleno en el mundo de las nuevas comunicaciones gracias a su moderno Centro Tecnológico.