Sanidad

Melilla, las consecuencias de ser una de las ciudades más sedentarias de España

Según datos de la última Encuesta Nacional de Salud, publicada por el Ministerio de Sanidad el pasado junio, el 54,5% de los españoles adultos tiene sobrepeso y un 17,4% de ese porcentaje sufre de obesidad. La información arrojada acerca de los modos de vida de la población española también subraya que la obesidad infantil es otro problema creciente al que se le debe prestar atención: actualmente, uno de cada diez menores de 18 años es obeso. Esto se traduce en que el 10,3% de los niños padece obesidad.

El doctor David J. Palau es licenciado en Medicina por la Universidad Rovira i Virgili de Reus y especialista en Endocrinología y Nutrición por el Hospital Universitario Carlos Haya de Málaga. Actualmente, trabaja como endocrino en Melilla y conoce perfectamente los hábitos de vida y de consumo de la sociedad melillense.

El endocrino señala que Melilla es una de las ciudades españolas con las tasas más altas de sedentarismo, con unas cifras que superan a la media. “Esto se debe a que los ciudadanos de Melilla se desplazan en coche para hacer todo tipo de recados”, apunta David J. Palau. A ese sedentarismo se le suma el consumo de productos procesados, cada vez más habitual en la sociedad española. “El marketing de productos alimenticios procesados y de comida rápida es muy poderoso, la industria alimentaria invierte muchísimo dinero en promocionar sus productos día a día. Además la legislación actual es muy laxa permitiendo que un menú de comida de este tipo cueste menos que un plato saludable”, indica Palau.

Con esta combinación, “tenemos los ingredientes idóneos para que la obesidad sea un problema de salud creciente”, dice.

El coste de la obesidad

El hecho de que la población española pese cada vez más es un problema que se manifiesta tanto en la salud del afectado, como en las arcas públicas del Estado.

Por un lado, el endocrino señala que los ciudadanos obesos corren el riesgo de sufrir problemas de salud de diferente índole, como la hipertensión arterial, el exceso de colesterol, el síndrome de apnea obstructiva del sueño, problemas óseos y musculares, la depresión y otros problemas psicológicos.

“La persona obesa tiene una esperanza de vida menor dado que el exceso de peso aumenta el riesgo de sufrir infartos de miocardio, anginas de pecho, trombosis cerebrales y además diferentes tipos de cáncer”, dice.

Por otro lado, el tratamiento de estas enfermedades relacionadas con el peso cuesta dinero al bolsillo de los españoles. “El gasto sanitario que ocasiona la obesidad es muy elevado y, si se mantiene la tendencia de aumento, no existe sistema sanitario que pueda hacer frente al ‘tsunami’ que se nos viene encima”, dice.

Niños cada vez más obesos

La Encuesta Nacional de la Salud también señala que la obesidad infantil es otro de los problemas a los que se les debería prestar atención pues, desde 2003, las cifras han ido aumentando.

“Hace años era poco frecuente ver un niño o una niña con obesidad. Hoy en día casi la mitad de los niños tiene exceso de peso”, puntualiza el doctor.

Para poner un ejemplo, Palau hace referencia a datos recientes de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), que informan de que dos de cada diez niños menores de diez años consume 2 litros mensuales de media de bebidas energéticas, como ‘Redbull’. “Si los padres permiten eso con sus hijos, no quiero imaginar cómo será el resto de la alimentación”, agrega.

El endocrino señala que este fenómeno no se debe sólo a una mala alimentación en el seno de las familias actuales, sino que también tiene su origen en las formas de recreación de los más pequeños: “Antes, jugábamos en la calle toda la tarde. Hoy en día los niños juegan con las tablets, ordenadores, consolas y móviles. Los acostumbramos a jugar con este tipo de aparatos desde muy pequeños, y cuando son algo más grandes los utilizan muchas horas al día, tiempo que no dedican a moverse”, comenta el doctor.

Un problema complejo

La obesidad, al ser una enfermedad en la que están implicados numerosos factores, como el genético, el hormonal, la alimentación o la actividad física, no cuenta con recomendaciones fáciles para luchar contra ella, según Palau.

El doctor destaca que el sistema sanitario español no está preparado para afrontar el desafío de atender a personas con problemas de obesidad porque se trata de trastornos crónicos que han alcanzado “dimensiones epidémicas”, cuyo tratamiento exige “una inversión considerable de tiempo”.

El endocrino indica que el tratamiento básico para el control de sobrepeso y la obesidad pasa por una alimentación saludable, actividad física y terapia conductual, aunque “en algunos pacientes concretos se pueden utilizar medicamentos que ayuden a bajar de peso”, puntualiza.

Por todo ello, David Palau aconseja que las autoridades deben “desarrollar planes de acción” para “conseguir mejoras que pasen por la terapia conductual y la información acerca de los cambios de estilo de vida”.

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