El acto institucional de encendido de las velas de Januká se llevó ayer a cabo con la presencia de un gran número de personas de todas las culturas y confesiones que llenaron el salón del hotel Tryp Melilla puerto para no perderse esta tradición del encendido oficial de las velas de esta festividad.
Se comenzó con la lectura de la historia de esta fiesta por parte de cuatro jóvenes, Irene, Esther, y dos chicos que se llaman David, que fueron los encargados de dirigir el acto contando la importancia de estos días para la comunidad hebrea de Melilla y del mundo.
Explicaron cómo el temor a lo diferente llevó a los griegos a intentar acabar con la parte espiritual de los hebreos, prohibiendo a los judíos poder practicar su fe o asistir a las ceremonias.
Pero indicaron que lo que se celebra en esta fiesta es el milagro de la luz. Afirmaron que Januká es la luz que prevalece sobre la oscuridad. Aunque sea una fiesta judía es universal, aseguraron estos jóvenes. De hecho, lo que se conmemora estos días es que, tras recuperar el templo después de una revuelta que permitió echar a los griegos, solo quedaba aceite suficiente para un día de encendido de las velas de la menorá. Sin embargo, ocurrió un milagro y duró esa cantidad ocho días, lo que se tardó en traer más aceite al templo.
Estos jóvenes melillenses esperan que otras regiones copien el modelo de convivencia de Melilla y agradecieron a los melillenses que mantengan cada día este espíritu de hermandad.
Más adelante llegó uno de los momentos más esperados y fue el encendido de las velas. Autoridades civiles y militares, así como representantes de las personas mayores, y de otras comunidades religiosas y culturales fueron las encargadas de ir encendiendo cada una de las velas de la janukiá a las que dieron diferentes significados, como paz o convivencia.
Además, el presidente de la Comunidad Israelita de Melilla, repasó la historia de la festividad y agradeció que un año más se haga un acto institucional para toda la ciudad.
Por su parte, el presidente del Gobierno local, Eduardo de Castro, aseguró que si hay un verbo que marque qué es Melilla es compartir. Indicó que para compartir hay que conocerse y que esto lleva al respeto formando una convivencia real entre las comunidades.
Durante todo el acto se contó con la música de un violinista de la ciudad y hubo una degustación de postres de Januká.