Las autoridades políticas y militares depositaron una corona de laurel en el monolito que recuerda la hazaña · Imbroda destacó la importancia de la gesta de los defensores de la españolidad de la ciudad.
Las autoridades políticas y militares de la ciudad se reunieron ayer, cómo cada 19 de marzo, para conmemorar el Levantamiento del Sitio, con la ofrenda de una corona de laurel en el monolito que recuerda este episodio histórico, situado en Melilla la Vieja.
Ayer se cumplían 237 años de que el sultán de Marruecos Moulay Mohamed Ben Abdalah, diera por concluido el sitio al recinto fortificado de Melilla y decidiera, después de cien días de asedio a la ciudad, retirar sus tropas como respuesta a la defensa que hicieron los habitantes de Melilla y que consiguió que la bandera española continuara ondeando. Fue el mariscal Juan Sherlock, quien en 1775 conseguía la victoria sobre las tropas marroquíes, después de una lucha, en la que los melillenses demostraron su valor.
Desde entonces los habitantes de la ciudad se levantan cada 19 de marzo recordando a aquellos que lucharon para que Melilla continuara formando parte de España, especialmente a aquellos que perdieron la vida durante el asedio y al gobernador Sherlock, como nombre propio de esta épica lucha por la nación.
Cómo es tradicional las autoridades políticas y militares de la ciudad se dieron en la iglesia de la Pursísima Concepción, para iniciar los actos con una misa oficiada por el vicario episcopal, Roberto Rojo, que destacó la importancia de la figura de Sherlock, en la historia de Melilla y de España, y recordó a todos los que perecieron durante aquellos días de lucha para conservar la ciudad.
Después de la eucaristía, poco antes de las 13:00 horas, representantes de la Ciudad Autónoma, encabezados por el presidente de la Ciudad, Juan José Imbroda,el representante de la Delegación del Gobierno, Francisco Avanzini y de la Comandancia General de Melilla, junto al vicario episcopal, se encaminaron hacia el monolito del mariscal Sherlock para depositar la corona de laureles con el sonido del himno de Melilla y España, interpretado por la Orquesta Municipal, acompañando el acto.
El presidente de la ciudad, aprovechó su intervención para recordar esta hazaña histórica y poner en valor la actuación de todos los melillenses que lucharon para defender la ciudad, así como de las tropas que vinieron desde la península para apoyarlos y lograr que Melilla continuara conservando su identidad nacional. Imbroda destacó así que la corona quiso que el ejército recibiera apoyos “porque estaba interesado en defender la ciudad” y recordó que después d meses de angustia y sufrimiento para cientos de melillenses, tal día cómo ayer, se consiguió que la bandera de España “nunca dejara de ondear en Melilla”.
El presidente aseveró así que gracias a aquella lucha, encabezada por Sherlock, “hoy 237 años después nos encontramos con la gozosa realidad de esta ciudad de Melilla, tan abierta, tan moderna, tan europea, tan libre y tan igualitaria. Una ciudad con un presente muy importante y un futuro aún más y siempre dentro de España y de Europa”.
Junto a Imbroda, los representantes de casi todas las agrupaciones políticas de la ciudad y de la Comandancia, recordaron la importancia de esta gesta, que todos los melillenses celebran cada año y que recuerdan en cada subida al Pueblo, con el monolito que ayer era laureado, una vez más.
Una gesta de hace 237 años
Fue en septiembre del año 1774 cuando emisarios del sultán marroquí Moulay Mohamed Ben Abdalah ponía sus ojos sobre la ciudad de Ceuta con la intención de anexionar a su imperio las plazas fuertes que España tenía diseminadas a lo largo del litoral marroquí. Igualmente, reservaba las mismas intenciones de conquista para Melilla.
Así pues, el monarca español Carlos III, decidió declarar la guerra a Marruecos y comenzó a enviar tropas a tierras africanas para defender la ciudadela de Melilla. Al frente del contingente imperial, un mariscal de campo, Juan Sherlock, que al poner pie en tierra, comenzó a planificar la defensa de la ciudad.
El 9 de diciembre de ese mismo año, las tropas marroquíes iniciaron el sitio a la ciudad. Una acción militar llamada al fracaso ante la numantina resistencia que presentaron las tropas de Sherlock, buen conocer de las estrategias del califa gracias a una cuidada red de espionaje.
Tras cien días de ataques constante, las tropas del sultanato decidieron poner punto y final al sitio. Atrás quedaban más de tres meses de defensa española tras las muros de la ciudadela, durante los cuales perdieron la vida 103 hombres, una mujer y un niño. Corría el 19 de marzo de 1775.
Por tanto, ayer se conmemoró un año más el cese del ataque marroquí. Un hecho que marcó el presente y el futuro de Melilla, que cómo dijo Imbroda, continuará avanzando.
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