Durante siete meses, alrededor de 70 trabajadores han sacado 350 metros cúbicos de un tramo de un kilómetro de la galería de minas que hay debajo del Fuerte Victoria Grande. El presidente de la Ciudad, Eduardo de Castro y el consejero de Infraestructuras, Urbanismo y Deporte, Rachid Bussian, asistieron a la finalización de las obras junto con el arquitecto del proyecto, José Fernández.
Bussian declaró que era “un antes y un después” y manifestó “tenemos que potenciar este valor histórico” que tiene Melilla, pues según explicaron tanto Bussian como Fernández, la galería de minas que hay en bajo la ciudad “son únicas”.
Con estas obras se recupera un kilómetro del sistema de galerías y se ha intentado conservar el estado original de estas, para que los visitantes puedan contemplar sus particularidades.
Fernández contó que cuando comenzaron el proyecto, tenían una idea de lo que se podían encontrar. Sin embargo, a medida que pasaban los días se descubrían nuevos elementos. El arquitecto aseguró que había que visitarlas “para sentirlas para percibir lo que se ha hecho” y que cuando se descubra el patrimonio que tiene la ciudad, “tendremos un enclave turístico”.
También se incidió en realizar actividades culturales, como conciertos flamenco dentro de las galerías, para mantener vivo el lugar y que se limite su visita a una sola vez.
Dentro de las galerías, se podía contemplar la marca de las azadas con las que excavaron en la tierra hace unos cuatro siglos.
Además, dentro de estas, hay dos trampas preparadas para el enemigo que consisten en un foso de unos cinco metros.
Mohamed Hassan, jefe de producción, explicó que dentro de las galerías se puede escuchar todo y que este era el método que tenían los soldados para saber si el enemigo estaba cerca. Aún se pueden ver los puestos en los que estos hacían guardia e incluso algunas inscripciones y señales grabadas en la piedra.
Fouad y Hassan, dos de los trabajadores que estuvieron sacando tierra, contaron que “fue muy duro”, pero que están orgullosos del resultado. Fouad relató que fue el primero en meterse dentro y que había que ir arrastrándose porque no había más espacio.
El proyecto ha sido financiado con 560.000 euros del Fondo Social Europeo y se pretende seguir sacando tierra de las galerías para mostrar en un futuro el patrimonio de Melilla.