El primer sábado de cada mes, los voluntarios de la Red de Observación se dan cita en Horcas Coloradas a primera hora de la mañana para obtener información sobre las especies que hay en el litoral local
Paseo Marítimo de Horcas Coloradas a las 7:30 horas. Nadie por los alrededores a excepción de cuatro amantes del medio ambiente, prismáticos en mano mirando al horizonte cuando el sol todavía no se ha decidido a salir del todo. Se trata de los voluntarios de la Red de Observación de Aves Marinas y Cetáceos (RAM), que cada mes se dan cita en este punto de la costa melillense para el estudio y observación de estas especies animales
Su máximo representante en la ciudad autónoma, Diego Jérez, es todo un experto en estas lides. Todos los meses acude, fiel a su cita, para tomar buena nota de las especies que observa desde su particular atalaya. El fin no es otro que intercambiar datos e información con otros puntos de esta red diseminados por toda la península, incluyendo Portugal, y el Estrecho de Gibraltar.
De este forma, los voluntarios de Melilla aportan su particular granito de arena a este estudio, que tiene como objeto la obtención e intercambio de información para crear una base de datos común sobre el paso de estos animales por las costas atlánticas y mediterráneas.
Así pues, el primer sábado de cada mes estos voluntarios madrugan con la simple y valiosa intención de arrimar al hombro en este proyecto nacional.
Sus armas para la ‘caza’ visual de estas especies son pocas y más bien sencillas: Sillas de plata, prismáticos, papel y lápiz. El resto es cuestión de paciencia, buena vista y, sobre todo, mucho conocimiento y experiencia.
A esta actividad, en la que también participa la asociación ecologista Guelaya, pueden sumarse todos los melillenses que deseen aprender un poco más sobre la fauna local a costa de sacrificar unas pocas horas de sueño.
La gran pregunta es si merece la pena poner el despertador a las 7:00 para participar en esta iniciativa. ¿Qué podemos observar en este punto de la costa local? En lo que especies marinas se refiere, los delfines mulares son los más comunes. En cuanto a las aves, se ven muchas pelágicas.
Por ejemplo, en la jornada de ayer se pudieron apreciar en el cielo grupos de pardelas, alcatraces atlánticos y gaviotas Audouin. Lo más importante de la mañana fue el paso de grupos de vencejos comunes que, pese a su nombre, no son nada habituales por estas lides y en esta época del año. Se trata de los primeros que están volviendo de la península en dirección a África para afrontar la futura llegada del otoño en climas más cálidos, según explicaron desde Guelaya.
¿Cómo se trabaja?
Para la observación, es necesario estar un intervalo de tres horas en el mismo sitio de la costa y anotar todas las especies que se ven en periodos de 30 minutos, así como algunos detalles básicos, tales como el número de individuos o la dirección que llevan.
“Poco a poco vamos profundizando en el conocimiento que tenemos de la fauna y de sus migraciones. Se trata de un método muy útil para intercambiar datos e impresiones con otros puntos de avistamiento repartidos por toda España y así crear entre todos una base de datos común”, abundó Diego Jeréz.
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