La Confederación Hidrográfica del Guadalquivir ha anunciado que hoy miércoles y mañana jueves tendremos cortes de agua en la ciudad debido a los trabajos de ampliación del cuarto módulo de la desaladora.
Si no surgen imprevistos, que de todo hemos visto ya en Melilla, será necesario hacer una parada en la desaladora desde las ocho de la mañana de hoy hasta las ocho de la mañana del viernes.
Como se detendrá la producción de agua, al Ciudad ha decidido regular el suministro hoy y mañana para asegurar que llega a todos los hogares.
De esta forma, está previsto que los depósitos generales y los pozos permitan que el agua llegue a los grifos hasta las nueve de la noche de hoy miércoles.
Sin embargo, aún no está decidido el horario de restricciones de mañana jueves y dependerá de cómo se desarrolle la jornada de hoy.
Llevamos desde octubre sufriendo una situación crítica con el agua en Melilla. Lo que antes eran cortes esporádicos, ahora son el pan nuestro de cada día.
Eso por no hablar de que el encarecimiento de la energía mantiene enfrentado al Gobierno de Melilla con el central, que no aclara si se hará cargo o no del sobrecoste en la producción de agua debido al encarecimiento de la energía.
Los ciudadanos sabemos cómo acaban estos enfrentamientos. La cadena siempre se rompe por el eslabón más débil. Al final, son los melillenses los que pagarán de las arcas públicas un sobrecoste cuyas causas no depende de nosotros.
Melilla no tiene picos con nieve o ríos caudalosos de los que abastecerse de agua. Aquí el agua es mala, pero sobre todo es cara. Y lo que es peor: escasea.
Hay regiones de la España peninsular semidesértica en las que se garantiza el agua en los grifos en horarios de máxima demanda. En Melilla no. Justo a las nueve de la noche, cuando las familias llegan a casa, para preparar la cena y ducharse, se encuentran con los cortes de agua que, no hay que olvidar, afectan especialmente a los vecinos de los barrios periféricos.
Llevamos mucho tiempo hablando de la ampliación del cuarto módulo de la desaladora. Esas obras se nos han hecho eternas. Son una enfermedad crónica para esta ciudad y encima tenemos que agradecer que avancen porque supuestamente, cuando terminen, solucionaremos los problemas de suministro que a día de hoy nos quitan el sueño.
El problema es que este discurso hace aguas. Hoy por hoy, lo único que sabemos los melillenses es que nos esperan por delante 48 horas seguidas con restricciones en el consumo. Hablamos de agua, un servicio básico al que ni siquiera podemos aspirar en esta ciudad.
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