Un acuerdo entre el Gobierno de la Ciudad y el de Pedro Sánchez pondrá fin a los problemas de agua en Melilla.
El convenio, que firmarán próximamente ambos Ejecutivos, ha sido anunciado este lunes por el presidente Juan José Imbroda, que ha explicado que ha sido negociado directamente con Madrid por el consejero de Medio Ambiente, Manuel Ángel Quevedo: ambas partes tuvieron que retomar las conversaciones tras la moción de censura que se tradujo en un cambio de Ejecutivo en el Palacio de la Moncloa el pasado 1 de junio. “Hace un año que lo tienen parado, desde que llegaron al Gobierno”, ha apuntado Imbroda en referencia al PSOE.
Además de para ampliar la desaladora con un cuarto módulo, la intervención servirá para habilitar una nueva línea eléctrica que abastezca de energía a la planta y para renovar la red de abastecimiento.
La inversión prevista, que asciende a 32,5 millones de euros, será abonada a través de fondos europeos, de los Presupuestos del Estado y de los de la Ciudad, según Imbroda, que ha detallado que se hará de la siguiente manera: 16 millones de euros con fondos europeos (Feder); del resto pagará la mitad cada uno, es decir, el Gobierno central y Melilla.
“Está ya hablado y aprobado por ellos”, ha asegurado el presidente, que ha añadido que el acuerdo está siendo redactado por Quevedo y se firmará “en las próximas semanas”.
Entonces, se dará el pistoletazo de salida a una intervención gracias a la cual “se solucionarán los problemas de agua de Melilla”.
La inversión de la Ciudad se prolongará durante 27 años, “de 2020 a 2047”, ha dicho Imbroda, que ha celebrado que “la operación es muy buena” y “una financiación estupenda”: “Qué gran propuesta ha hecho el Gobierno de Melilla”, ha ahondado.
El máximo dirigente calcula que “todo estará hecho para que la planta esté funcionando” hacia 2021 o 2022. “En dos años y medio o tres debe estar en condiciones de producir agua y solucionar el problema”.
El consejero de Medio Ambiente ha aprovechado la rueda de prensa para reconocer que las “posibilidades” eran “un poco mejores con el Gobierno anterior” y recordó que Melilla y Madrid estaban “empezando a negociar este convenio cuando vino el cambio de Gobierno”. “Queríamos tenerlo en septiembre” del año pasado, ha dicho.
Retomadas las negociaciones y afrontado el retraso, el acuerdo presentado “significa la solución total de los problemas de Melilla para tener agua de calidad mineral en todos los grifos en dos o tres años sin ninguna restricción”, ha zanjado Manuel Ángel Quevedo.
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