Este año 2023 terminará en unos días y lo hará sin que la Asamblea haya aprobado siquiera inicialmente el proyecto de Presupuestos Generales de la Ciudad Autónoma para 2024. Lo único que ha trascendido al respecto es que el Consejo de Gobierno le dará su visto bueno el próximo viernes, día 22. Lo anunció el propio presidente del Ejecutivo, Juan José Imbroda, en un tuit hace aproximadamente una semana.
Después de que el Gobierno dé luz verde a ese proyecto presupuestario, el documento debe pasar por la Comisión de Hacienda para su debate político. En esta ocasión no parece que vaya a haber demasiada discusión teniéndose en cuenta la amplia mayoría absoluta de la que disfruta el PP.
Una vez este en la citada comisión, se iniciará de nuevo la liturgia de una oposición clamando contra las previsiones económicas y de gastos, y un Gobierno que no dará opción a las enmiendas, en caso de que se presenten, que por ahora tampoco está claro que suceda.
Mirando el calendario se podría decir que el proyecto de presupuestos no se llevará a la Asamblea hasta pasada la fiesta de Reyes. Y después habrá que cumplir el plazo de presentación alegaciones para proceder a su aprobación definitiva. Es decir, nos podemos poner en las dos últimas semanas de febrero para tener vigente la decisión más importante del año, la de los presupuestos generales.
Fuentes del Gobierno aseguran que ha habido que desinflar partidas claramente aumentadas sin ton ni son para ajustarlas a la realidad de unos ingresos mermados como consecuencia de la paralización del tráfico fronterizo de las mercancías. También se cuenta que no hay certeza sobre el importe de las partidas que llegarán desde Madrid. De ahí la urgencia del PP por aprobar un nuevo sistema de financiación autonómica que beneficie a los territorios en los que gobierna, incluida nuestra ciudad.
Se habla de que ha habido que hacer un ajuste de nada menos que 50 millones de euros y eso son palabras mayores si tenemos en cuenta que los presupuestos de 2023 estaban establecidos en 355 millones. Se comenta que ha sido un arduo trabajo el que ha tenido que hacer el área de Hacienda porque, al mismo tiempo que recortar, había que mantener el gasto social y asistencial, que en Melilla no es moco de pavo.
A estas alturas no se sabe cuál va a ser el importe global del presupuesto de 2024 pero es evidente que la ciudad necesita importantes inversiones si se quiere profundizar en las líneas estratégicas de desarrollo económico, con el turismo, la innovación tecnológica y la universidad como ejes básicos. No sabemos tampoco cuánto habrá que pagar a los bancos por los créditos que solicitó el anterior Gobierno, eso que supuestamente se concedieron a 0% de interés pero que, con la subida de los tipos, van a costar una fortuna.
En fin, lo mejor es pasar las navidades lo mejor posible que ya las primeras semanas de enero nos devolverá a la realidad de nuestra economía pública.