Salvamento Marítimo Alcor llegó ayer sobre las 15:00 horas con 35 personas rescatadas de las Islas Chafarinas. Entre los migrantes había 23 mujeres y 12 menores, algunos de ellos con edades entre los cero y los tres años.
Según fuentes de los GEAS de la Guardia Civil, quienes también fueron a la búsqueda de los migrantes, informaron que nada más llegar la embarcación de rescate, hubo que llevar urgentemente a una mujer por una hemorragia interna debido a un aborto. Entre las mujeres que llegaron, había algunas embarazadas.
Al grito de “Boza”, palabra para expresar el sentido de “la libertad”, las mujeres sonreían a pesar de su cansancio. La Cruz Roja, la Guardia Civil y miembros de ACNUR fueron recogiendo a los bebés y niños mientras preguntaban si alguna de las mujeres eran sus madres. Estas no se separaban de sus hijos.
La Guardia Civil repartió agua, pan y galletas a las mujeres y a los niños, mientras eran atendidos. Según la Guardia Civil algunas personas presentaban magulladuras “por las malas maneras en las que las mafias abandonaron a estas personas en las Chafarinas”. “Ha sido difícil rescatarlas”, agregaron.
Ninguna fuente confirmó en el momento en que la Salvamar desembarcó en el Puerto Noray de qué país provenían las personas rescatadas. Los servicios sanitarios estuvieron hablando con las mujeres y los niños en francés.
Salvamento Marítimo Alcor volvió a partir a las Islas Chafarinas por la tarde para recoger a otros 21 inmigrantes que se quedaron en el archipiélago. Dejaron a más de sesenta personas y el barco de la Salvamar no tiene el suficiente espacio para un solo viaje. Este segundo viaje llegó al Puerto Noray sobre las 20:30 horas.
Este rescate es el quinto en lo que va de mes. El día 11 llegaron 11 inmigrantes; el sábado 17, Salvamar rescató a tres inmigrantes sirios en las Chafarinas y en la tarde de ese mismo día, localizaron a un grupo de 48 personas. El último rescate fue el martes 20, cuando recogieron a cinco hombres.
Apenas el barco de Salvamento Marítimo Alcor había terminado de atracar cuando ya se escuchaban a las mujeres rescatadas de las Islas Chafarinas gritar “Boza”, una expresión que refleja la alegría de los migrantes cuando pisan suelo español después de un largo y cansado viaje.
Los niños, todos ellos muy pequeños estaban callados. Sus miradas expresaban inocencia y desconocimiento por lo que estaba pasando. El más pequeño tiene pocos meses de vida. Otros un poco más grandes miraban a los guardias civiles, a los enfermeros de Cruz Roja o incluso a los periodistas. Una madre señalaba las cámaras a su hija para que saludara.
Las mujeres y los niños compartían el pan y las galletas que les daba la Guardia Civil mientras esperaban a que los atendieran. Dos ambulancias de la Cruz Roja estaban en el lugar para comprobar que todos estaban en buen estado de salud. Aparentemente fue así.
El agua tampoco faltó. El calor y la humedad provocaban un enorme cansancio a los presentes en el Puerto Noray, donde cualquier lugar con sombra era esencial.
Las mujeres seguían esperando mientras los servicios sanitarios cambiaban los pañales de algunos niños que no paraban de llorar.
Esta era la situación de las primeras 35 personas que llegaron ayer a suelo melillense. La Salvamar acababa de llegar y los trabajadores necesitaban tiempo para prepararse y realizar el siguiente viaje que les llevaría toda la tarde dos horas de ida, una hora aproximadamente de rescate y otras dos de vuelta.
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