La Asamblea acogió ayer un pleno infantil para celebrar el Día del Niño.
Llegaron con carpetas bajo el brazo al Palacio de la Asamblea. En su interior, los folios que iban a utilizar en el pleno, en algunos cargados con preguntas y en otros, con deseos para el futuro. Estos niños fueron los elegidos entre todos los estudiantes de su colegio para representar a su centro en el pleno infantil que se celebró ayer en Melilla. Se les notaba algo nerviosos. Se arreglaban el uniforme y el pelo para estar guapos cuando los medios de comunicación les hicieran fotos. En el pasillo, intercambiaban miradas con otros niños de su edad, que esperaban en la puerta del Salón de Plenos, y conversaban con sus directores y profesores sobre lo que habían escrito para esta ocasión. Ser diputado por unos minutos es una gran responsabilidad para un niño de doce años. Y estos pequeños son conscientes de la importancia que tiene estar sentado en un sillón del Salón de Plenos de su ciudad.
Lo bueno de esos pequeños es que no discuten, no hacen preguntas vacías ni se insultan. Estos niños dedicaron su turno de palabra a demandar mejoras para sus barrios y colegios sin entrar en debates estériles en los que los adultos, en más de una ocasión, caen por no abandonar su postura política.
Los niños nunca mienten. Son naturales, espontáneos y dicen las cosas de forma sencilla porque para ellos el mundo no es tan complicado como para los adultos. Así que si uno de ellos se da cuenta de que las aceras están mal, que son estrechas, que tienen las baldosas levantadas y que son un peligro para los peatones, pues lo dice. Es más, se pregunta por qué la Ciudad invierte dinero en crear rotondas en lugar de arreglar la acera de su casa que está hecha un desastre. Ésa fue una de las preguntas que causó más revuelo en el pleno infantil que acogió ayer el Palacio de la Asamblea.
Cristina Rivas, vicepresidenta primera de la Asamblea, que dirigió esta sesión plenaria, se quedó con boca abierta tras escuchar la sugerencia que le lanzó una niña. No obstante, Rivas le aseguró que las rotondas pretenden hacer más fluido el tráfico y que también informaría al consejero de Fomento para que se vigilara más el estado de las aceras.
Preocupados por el futuro
Otra de las cuestiones que se debatieron entre los pequeños diputados fue el desempleo. Un niño preguntó a Rivas si en 2014 se crearán más puestos de trabajo en la ciudad. La vicepresidenta primera de la Asamblea destacó que la Administración está trabajando en disminuir el paro en Melilla.
Y es que el futuro de la ciudad y de los melillenses es uno de los temas que más preocupan a los niños. Los diputados de doce años preguntaron a Rivas sobre qué va a pasar si estudian una carrera y no encuentran un trabajo, una situación muy habitual entre los jóvenes melillenses. También la interrogaron sobre cuál sería el futuro de los niños con discapacidad y si la población volverá a recuperar el reconocimiento que tenía una vez que pase la crisis.
Todas estas preguntas tuvieron difícil respuesta, pero fueron una muestra de que los niños son conscientes de los problemas que hay en la sociedad. Ellos también sufren el desempleo y el pesimismo que reina en las calles de los barrios en los que viven.
Los diputados de doce años hablaron de otras cuestiones de interés general, como las obras del nuevo hospital. Rivas afirmó que la Ciudad y el Ingesa están trabajando para que las obras se reinicien cuanto antes. Incluso, le preguntaron por la construcción del nuevo edificio que estará en el antiguo Mercado Central. Aunque la vicepresidenta de la Asamblea aprovechó que el director provincial de Educación estaba entre el público para ‘rebotarle’ el tema.
Además, se realizaron varia demandas por parte de los pequeños, desde más inversiones en las aceras en lugar de construir rotondas a una pista cubierta en el Eduardo Morillas o más zonas verdes y lugares en los que poder ver animales.
El pleno infantil de ayer fue distendido, divertido y a la vez, una forma de conocer qué desean los niños de la ciudad, ya que los adultos no tienen mucho tiempo de escucharles.
Yo quiero ser de mayor...
Antes de que comenzara el turno de preguntas, Rivas explicó a los pequeños diputados cómo iba a realizarse esta sesión plenaria. Dos alumnas, en representación de todos, juraron su puesto como diputados y se comenzó con el orden del día. El primer punto fue la lectura de varios artículos de la Declaración de Derechos del Niño. Y a continuación, los diputados trataron el primer tema del pleno: ¿Qué quieres ser de mayor?
Hubo respuestas para todos los gustos. Pero lo cierto es que la mayoría quiere ser sanitario o maestro. Además, en todas las variedades posibles, desde cirujano a pediatra y de profesor de inglés a uno de Educación Física. Y lo curioso es que aunque uno quiera ser bombero, abogado, policía o juez, todos justificaban su elección asegurando que con esa profesión podrían ayudar a las personas que lo necesitan. También hubo un valiente que afirmó que deseaba ser político, y eso que actualmente no es una profesión muy valorada. Este niño destacó que siendo político podría dar una oportunidad a personas que no tienen nada. Tras el pleno, hubo un concierto de un coro de un colegio de la ciudad.