La Consejería recibirá en la mañana de hoy los resultados de los análisis realizados ayer para decidir si se permite el baño.
La Consejería de Medio Ambiente decidió ayer mantener la bandera roja en todas las playas de la bahía melillense, tras recibir los resultados de los análisis efectuados el pasado jueves. Éstos no eran “todo lo óptimos que quisiéramos”, aseguraron. Esto, sumado a que ayer no hizo especialmente un día de playa, hizo que la Consejería acordara mantener la bandera roja ondeando en las cuatro playas de la bocana del puerto. Hoy a primera hora de la mañana recibirán los datos del último análisis del agua y Medio Ambiente decidirá si definitivamente se abren las playas al baño, según informó ayer el viceconsejero de Servicios Operativos, Francisco Villena.
Desde que se tuvo conocimiento de la avería producida en la tubería de la estación de bombeo, ubicada en la desembocadura del río de Oro, que impulsa las aguas residuales hasta la planta depuradora en la Hípica, los trabajos para la reparación se prolongaron varias horas.
En ese tiempo, las aguas residuales sin tratar que se han ido acumulando se han expulsado a través del emisario submarino existente que tiene su salida a entre 50 y 100 metros de la orilla de la playa. Por este motivo, las aguas se han podido ver contaminadas, lo que obligó a la Consejería a decretar la prohibición del baño “por precaución”, es decir, como medida de seguridad hasta tener unos resultados de calidad de las aguas óptimos.
Emisario submarino
Los análisis realizados en la jornada del jueves, conocidos ayer a mediodía, no han arrojado esos niveles óptimos, si bien el estado del agua en la bahía melillense no reviste de gravedad, precisó Villena.
Aprovechando que en la jornada de ayer no hizo un día de playa y coincidiendo con el temporal de Levante, los responsables de la Consejería decidieron mantener la bandera roja y esperar a unos mejores resultados que probablemente tendrán en la mañana de hoy.
Mientras se desarrollan los trabajos de reparación de la tubería averiada y hasta su finalización, cuando se volverá a poner en marcha la estación de bombeo, las aguas residuales se conducen a través del emisario submarino. De esta forma, los depósitos de aguas residuales ubicados en la estación de bombeo se alivian evitando que se llenen y se desborden.
Estos depósitos, cabe recordar recogen todas las aguas residuales de la zona Norte de la ciudad. En verano aumenta el caudal a través de la red de alcantarillado de la ciudad, dado que se riegan más a menudo las calles.
El pasado jueves, la Consejería de Medio Ambiente informó a través de una nota de prensa de la avería producida y de la decisión de prohibir el baño en las playas de la bahía. Habían detectado una rotura de la tubería de impulsión de aguas residuales que comunica la estación de bombeo, ubicada junto a la desembocadura del Río de Oro, con la planta depuradora en la Hípica.
Bandera roja hasta nuevo aviso
La avería se produjo, concretamente, en el Paseo Marítimo Mir Berlanga, a la altura de la calle Cabo Cañón Antonio Mesa, donde los operarios están trabajando en su reparación. Según explicó Villena, las labores se prolongaron el jueves hasta pasadas las 22:00 horas para poder poner en marcha nuevamente el bombeo.
Medio Ambiente ordenó la bandera roja en todas las playas –San Lorenzo, Cárabos, Hipódromo e Hípica– y prohibió el baño a los ciudadanos hasta nuevo aviso, ante la posibilidad de posibles vertidos de aguas residuales a la dársena debido al funcionamiento del aliviadero.
Guelaya aboga por un emisario a 1 km de la playa
Desde la organización ecologista Guelaya, lamentaron ayer que la Ciudad no ponga una solución más efectiva para evitar que “todos los veranos” exista un problema de contaminación del agua de la bahía melillense por aguas residuales.
La asociación reitera la propuesta que hizo la pasada semana al respecto para que se invierta en la instalación de un emisario submarino que alivie estas aguas a un kilómetro de la playa y no a 100 metros como el actual, explicaron.
Así, en los momentos en los que la estación de bombeo esté parada, las aguas residuales se expulsarían fuera de la bocana melillense sin presentar riesgos que obliguen a prohibir el baño en las playas interiores.