Mientras unos entran al Cuerpo de Bomberos con la ilusión de vivir primeras veces, otros afrontan sus últimos meses antes de despedirse de la profesión tras décadas de trabajo. Son las historias de Rubén Martínez, bombero en prácticas, y de José Antonio Avelino, con más de treinta años de experiencia a sus espaldas.
“Mi trayectoria ha sido buena porque he dado con compañeros que han sido muy buenos profesionales, pero unos vamos saliendo y otros van entrando”, señaló Avelino, que el próximo mayo se jubilará.
Lo que más va a echar de menos, según ha señalado, son las salidas con sus compañeros para atender emergencias y “ese nerviosismo” que entra al vestirse en los camiones durante el trayecto hacia la intervención. También echará en falta la buena convivencia que ha tenido con sus compañeros durante toda su carrera profesional.
En sus más de treinta años en activo ha vivido todo tipo de situaciones a las que ha tenido que hacer frente, pero sin recuerda una especialmente es el accidente aéreo del 25 de septiembre de 1998, cuando un avión que salió de Málaga con destino Melilla se estrelló en Marruecos. “Yo creo que ha sido lo más complicado de asimilar. Fue algo muy delicado y el más doloroso también”.
Junto a este hecho que aún hoy en día permanece en las mentes de muchos melillenses, José Antonio Avelino también destacó ciertos accidentes de tráfico o incendios en los que ha estado presente y que nunca olvidará.
Por el contrario, como bien ha citado Avelino, mientras unos salen, otros entran. Es el caso de Rubén Martínez, bombero que entrará en prácticas los próximos días.
En él se ve ilusión y ganas por vivir nuevas experiencias y dar lo mejor de sí en una profesión que no fue su vocación desde pequeño, pero que llegó a su vida como un flechazo. “No es que me haya nacido desde pequeño, pero me enamoré de esta profesión al ver intervenciones de los que ahora si van a ser mis compañeros. Pienso que es una profesión muy bonita el hecho de poder ayudar a personas en momentos difíciles”, recalcó este joven melillense, que apuntó que todo lo que ha estudiado y ha ido aprendiendo con el tiempo que implica ser bombero, ha sido “como un amor, que se ha ido formando como a fuego lento”.
Este bombero en prácticas subrayó que cree que no se va a arrepentir del camino que ha escogido. “Creo que lo voy a disfrutar”.
Rubén Martínez quedó segundo en la oposición al Cuerpo de Bomberos con la nota media de la fase teórica y la física.
Su preparación comenzó hace cuatro años. En 2018 empezó en la Academia de Juanjo Pedreño en la que estuvo cerca de tres años y después fue a la Sergio Jodar y Lalo, dos cabos del Cuerpo de Bomberos de Melilla. “Fue un proceso muy largo porque han sido cuatro años en lo que era una incertidumbre la salida de la convocatoria”, aclara Martínez, que insiste en que tiene muchas ganas e ilusión por aprender.
“Entramos 15 nuevos y va a ser como la vuelta al cole para los niños”, bromeó este joven.
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