El Voluntariado Cristiano da juguetes a más de 70 niños que pasarán el día de los Reyes Magos junto con sus padres en el Centro Penitenciario de la ciudad.
El mayor castigo para la persona que está encerrada en la cárcel es la privación de libertad. La angustia, la depresión y el desánimo se apodera de muchos durante su estancia en el Centro Penitenciario de Melilla. Es en esos momentos cuando un grupo de voluntarios, a los que algunos llaman ángeles, aparece para ofrecerles su ayuda. Son entre seis y ocho personas las que entran en ese recinto para ofrecer consuelo y compañía a los presos. Son los miembros de la ONG Voluntariado Cristiano de Prisiones, que pasan de ser los confidentes de los problemas de los internos del Centro Penitenciario a convertirse en su familia. Así lo asegura la vicepresidenta de la ONG en Melilla, Emilia Téllez, que destacó a El Faro que aunque sean un grupo cristiano, atienden a todos los reclusos, sin excepción, que pidan su ayuda.
Téllez resalta que en más de una ocasión han recibido una carta de un preso que, al ser de otra región, fue traslado a una cárcel más cercana a su población de origen. En estos escritos aseguran que echan de menos la compañía del Voluntariado Cristiano, pues aunque en otros centros penitenciarios hay más actividades que en la cárcel de Melilla, los presos no cuentan con el amor que reciben de los miembros de la ONG, añade.
La vicepresidenta de esta institución explica que no es fácil contar con los permisos necesarios para que los voluntarios puedan entrar en la cárcel y estar con los internos. Por ello, sólo ocho personas cuentan con los documentos necesarios para ‘atravesar’ esos muros y organizar un gran número de actividades en su interior.
Pero eso no quiere decir que el Voluntariado Cristiano de Prisiones esté compuesto por sólo ocho personas. En la calle, como dice Téllez, hay muchas más trabajando para que todas las necesidades de los presos y de sus familias estén cubiertas.
La ONG no sólo se centra en la atención de los internos del Centro Penitenciario, sino que asiste, en la medida de lo posible, a sus familias. Muchas de ellas ven mermados sus ingresos económicos y les cuesta mucho más salir adelante. Por ello, el Voluntariado Cristiano de Prisiones les echa una mano con la compra de alimentos y entregándoles ropa donada por los ciudadanos.
Dos pisos de acogida
Téllez asegura que sin la colaboración de los melillenses y de la Ciudad sería imposible abarcar a todas las peticiones que reciben de los internos. El Ejecutivo local da una subvención a esta entidad de unos 35.000 euros todos los años, un dinero con el que hacen frente a muchos gastos, no sólo a la adquisición de alimentos para las familias de los presos.
La entidad tiene dos pisos en Melilla donde pueden pernoctar tanto los internos que cuenten con permiso para salir de la cárcel como las familias de los reclusos que son de otras comunidades. A estos dos hogares también se destina parte del presupuesto de la ONG.
La vicepresidenta del Voluntariado Cristiano de Prisiones indica que cuando varios miembros de una familia se trasladan a Melilla para ver a un interno, hacen una gran inversión en transportes y por lo tanto, muchos no pueden pagar un hotel donde hospedarse. En estas fechas, los dos pisos, tanto el hombres como el de mujeres, están llenos de personas que visitan a los presos de la ciudad.
Juguetes para 70 niños
La ayuda de la ONG llega a tal punto que incluso hace posible que mañana más de 70 niños reciban un juguete por el día de los Reyes Magos. Los pequeños, de hasta 10 años, visitarán a sus padres que están internos y juntos vivirán un emocionante encuentro con sus Majestades. Los juguetes han sido donados por la Viceconsejería de Festejos y por la Cofradía de Jesús Cautivo, una gran colaboradora de la ONG.
Que el tiempo pase muy rápido
En cuanto a las actividades en el interior de la cárcel, Emilia Téllez, vicepresidenta de la ONG, resalta que organizan eucaristías y rezan el rosario todos los miércoles. También señala que se ha creado un coro para las misas, que anima mucho a los internos.
Además, los voluntarios llevan a cabo talleres de manualidades o de ganchillo como el que desarrollan ahora con las mujeres internas.
Otro de los proyectos del Voluntariado Cristiano es participar en todos los concursos que organiza la Viceconsejería de Festejos. Téllez dice que tras instalar el belén para estas navidades, los reclusos ya están pensando en cómo van a hacer la Cruz de Mayo. La vicepresidenta de la ONG explica que los presos siempre están pensando en las actividades futuras, es una forma de que el tiempo pase más rápido, añade.
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