l Los maestros de los centros de Melilla demandan más docentes en los colegios e institutos porque aseguran que no hay mejor inversión ni programa educativo que un profesor más en la clase.
En muchas ocasiones se habla de los millones de euros que se invierten en Educación, que si sirven para crear proyectos de enseñanza y talleres de aprendizaje de castellano, que si se destinan a las bibliotecas de los centros, que si se contrata a más personal para atender a la comunidad educativa... Ya conocemos las demandas de los sindicatos, que solicitan más recursos para los centros de Melilla, y de la oposición que critica al Gobierno central porque en los presupuestos no se recogen suficientes partidas para crear programas educativos. También se ha recogido en numerosas ocasiones la opinión de la Dirección Provincial de Educación, que insiste en que llegan a Melilla un gran número de recursos y que se están emprendiendo un gran número de políticas y medidas para solucionar los problemas de la Educación en Melilla. Pero, ¿los profesores que están en los colegios y en los institutos de Melilla ven esas inversiones? ¿Están de acuerdo con cómo se distribuyen los recursos materiales y humanos? A ellos nadie les escucha o eso aseguran a El Faro. También aseveran que se ven solos y se enfrentan a los problemas del aula sin más ayuda que sus propios conocimientos. Para los maestros, lo más importante es contar con más profesores en los colegios y en los institutos en lugar de tanta pizarra digital. Afirman que de nada sirve tener en un aula una de éstas si sus alumnos lo que necesitan es un docente que les dé clases de refuerzo de Lengua.
En el colegio de El Real nos encontramos con profesores de apoyo que acaban siendo los sustitutos cuando falta algún maestro, así que dejan de dar refuerzo en las aulas en las que estaban. Un docente del centro asegura que de nada sirven los ordenadores si no hay un docente para dar la clase.
Asegura que, además de que las bajas se cubren tarde por parte de la Administración, sólo cuentan con un profesor de Audición y Lenguaje para todo el centro y denuncia que no hayan llegado este año aún los programas de apoyo que se realizaban con los alumnos del Campus.
Apagando fuegos
Otro colegio donde se necesitan más recursos es en el León Solá. Una maestra de Educación Infantil afirma a El Faro que los proyectos educativos que se llevan a cabo por la Administración lo único que hacen es “apagar fuegos. Son medidas asistenciales y no una política pedagógica”. Explica, por ejemplo, que el apoyo de los técnicos de Educación Infantil, es una medida provisional que no soluciona el problema, “sólo es un parche”.
La maestra reconoce que llegan algunos recursos, como los talleres para que los niños aprendan castellano, pero insiste en que estas horas por la tarde no son suficientes para ayudar a los alumnos. Necesitan más profesores en las aulas durante toda la mañana para enseñar a los pequeños desde ir al baño a comportarse en clase o a pintar en una ficha, añade.
Pendientes de estadística
Uno de los centros donde dar clases es más complicado es el IES Virgen de la Victoria. Tiene repartidos a sus alumnos en tres centros porque no hay espacio. Si no cuenta con aulas suficientes, cómo vamos a poder dar clases de refuerzo, se pregunta una profesora de lengua del instituto. Lleva 20 años en las aulas y nunca se ha visto en la situación compleja contra la que lucha en la actualidad: Alumnos que no tienen sillas para sentarse, aulas construidas bajo el hueco de una escalera, calefacción que no se puede poner porque saltan los plomos, estudiantes que se dedican a aburrirse porque no desean estudiar y padres que protestan porque sus hijos no aprueban. Y a todo esto, se le suma la Administración, un Ministerio de Educación que lo único que le importa es la estadística, asevera.
“Es un despropósito”, resalta. No puede creer que lo que más se demande por la Administración sean aprobados cuando lo que necesitan sus alumnos no son ‘cincos’, sino aprender.
La profesora del Virgen de la Victoria asegura a El Faro que no sabría qué hacer con 20.000 euros o con cualquier cantidad de dinero que le ofrecieran para el centro. Para qué sirven esos euros si sus alumnos tienen que cruzar la calle para ir a un pabellón de deporte o el resto de sus compañeros de profesión comparten sala de profesores con los de la Escuela de Arte Miguel Marmolejo.
Explica que no hay espacio y aún así tienen 30 alumnos en las clases. Tampoco le sirve una pizarra digital para enseñar a sus alumnos si luego no les puede separar lo suficiente para hacer un examen.
Ni en estas condiciones puede atender a los estudiantes con necesidades especiales o que no tengan el nivel que marca el curso en el que están, concluye.
Un centro perfecto, pero...
Por último, está el caso del IES Juan Antonio Fernández. Una profesora de Inglés asegura que es un centro privilegiado porque tienen una gran biblioteca que es el “orgullo” de todos, pizarras digitales y ordenadores en las aulas, dos clases de informática y varios laboratorios. Eso sí, reclama más docentes en el centro para atender a los alumnos con necesidades especiales.
Explica que cuando se intenta enseñar inglés a 35 alumnos en un aula se encuentra con varias dificultades. Entre ellas está que no se puede hacer todas las actividades que requiere la enseñanza del idioma porque no tiene tiempo ni recursos para atender a tantos alumnos.
Un centro con muchos recursos, pero sin profes para desdobles
Una profesora de Inglés del IES asegura a El Faro que da clases en un centro privilegiado. Afirma que cuentan en el instituto con un gran número de recursos, desde pizarras digitales a ordenadores, laboratorios para los alumnos y una gran biblioteca que es el “orgullo” de todos. Sin embargo, señala que no es suficiente. Para atender las diferentes necesidades que tienen los estudiantes es preciso contar con más profesores.
La maestra explica que impartir clases de inglés a un grupo de 30 alumnos no es sencillo, más cuando cada uno tiene un nivel diferente y sería necesario hacer actividades más específicas para que aprendieran más de este idioma.
“No nos podemos quejar mucho en mi centro”, asegura, pero insiste en que harían falta más profesores para poder hacer desdobles en las aulas.
Un IES sin espacio para separar a los alumnos antes de hacer un examen
Una profesora de Lengua asegura a El Faro que los docentes están solos y que nadie les escucha cuando dan las soluciones reales que necesitan los centros educativos de Melilla. Explica que en el IES Virgen de la Victoria hace falta de todo, para empezar, espacios para profesores y alumnos.
El instituto tienen repartido a sus estudiantes en tres centros, el aula de profesores la comparten con los docentes de la Escuela de Arte Miguel Marmolejo, y los alumnos deben cruzar la calle para ir a clase de Educación Física. También indica que la biblioteca es una antigua aula en la que no caben los libros y que una de las clases está hecha en el hueco de una escalera. Para qué va a querer más libros si no caben en la biblioteca, se pregunta. Tampoco le sirven los ordenadores para sus estudiantes, ¿dónde los guardan?
Además de la falta de espacio, hay más problemas en el centro. Los alumnos tienen características muy heterogéneas, es decir, en una clase hay chicos que no saben leer un problema de matemáticas y otros que no tienen interés en leerlo. Por ello, asevera que es muy complicado atender a la diversidad de las necesidades de los estudiantes si hay más de 30 en una clase y no se cuenta con profesores de apoyo en el centro.
Los programas educativos son un parche, no una solución
En el colegio León Solá se juntan un gran número de factores que afectan a la educación de los menores, como el entorno social desfavorecido, la falta de conocimiento de castellano por parte de un gran número de escolares y la falta de recursos y profesores de apoyo. Una maestra de Educación Infantil del centro asegura que los técnicos que se enviaron de esta especialidad por parte de la Ciudad son un gran refuerzo, pero también critica que las medidas para mejorar la educación sean un “parche”, es decir, que se hagan para atender necesidades puntuales, en lugar de prolongarse en el tiempo.
En el León Solá hay dos profesores de Pedagogía Terapéutica y son insuficientes para atender a los alumnos con características especiales, niños que tienen retraso en el habla o que presentan alguna discapacidad. También se cuenta con una integradora social y una orientadora para atender a las familias de los 800 escolares del centro. Pero son pocos estos profesionales, afirma. La maestra de Infantil resalta que los recursos llegan al centro, pero insiste en que nadie les consulta si son los que necesitan ni si estos proyectos de refuerzo luego tienen resultados positivos en una evaluación.
Se sustituye muy tarde a los profesores de baja
Un profesor de El Real explica a El Faro que la Administración tarda en sustituir a los profesores que están de baja y mientras que llegan, se suplen con los de apoyo. Asegura que de nada sirve tener un ordenador por alumno y una pizarra digital en la clase si no hay un docente que dirija la enseñanza. “Las nuevas tecnologías no son efectivas cuando lo que se necesita es aprender. ¿Para qué esas nuevas tecnologías si lo que precisan es refuerzo?”, pregunta.
Otra de las denuncias que hace este maestro es que a estas alturas de curso se están incorporando más estudiantes a las clases. Hace pocos días llegó a una niña de 12 años a la clases de sexto de Primaria pero no sabe leer ni escribir. “¿Qué hacen ahora sus maestros?”, añade. Por ello, reclama más profesores para poder desdoblar las clases y ofrecer los apoyos educativos en horario de mañana.
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