Más de un millar de turistas británicos visitaron ayer la ciudad autónoma gracias al crucero Saga Ruby, que atracó en el puerto local a primera hora de la mañana, las 8:00, y se marchó a las 17:00. Se trata del segundo crucero que llega este año a Melilla. El primero fue el Kristina Katarina, que trajo en abril a unos 500 viajeros de Finlandia.
El tiempo no dio la bienvenida a los turistas ayer por la mañana, pero el día fue mejorando mientras pasaban las horas. Como ya es habitual, los visitantes se dividieron en grupos y algunos se dedicaron a explorar la ciudad sin guía, paseando por zonas como el centro modernista e incluso Horcas Coloradas.
No obstante, una vez más fue Melilla La Vieja la que centró la atención de la mayor parte de los turistas. Los viajeros realizaron una visita por las Cuevas del Conventico, Las Peñuelas e incluso el Museo Militar, donde además pudieron disfrutar de unas vistas magníficas, pues se trata de uno de los punto más elevados del recinto fortificado.
Otros optaron por realizar un tour en COA, mientras que un tercer grupo visitó la ciudad en el trenecito turístico. Llegada la hora del almuerzo, muchos no dudaron en probar las tapas de Melilla.
Después de nueve horas en la ciudad autónoma, el Saga Ruby volvió a hacerse a la mar rumbo a otros puertos del Mediterráneo. El crucero zarpó hace más de una semana de Inglaterra y en su viaje ya ha realizado escalas en destinos como Casablanca y Ceuta.
Durante su paso por Melilla, fueron varios los viajeros que adquirieron algún recuerdo. Sin embargo, al ser domingo, se encontraron con que buena parte de los comercios de la zona centro estaban cerrados, a excepción de algunas franquicias. Caso aparte fue la hostelería, ya que casi todos los negocios estaban con el cartel de abierto.
Siguiendo la línea comenzada hace un par de años, cuando el tráfico de cruceros se reactivó gracias a la puesta en funcionamiento del Muelle Ribera II, la mayor parte de los atraques tendrá lugar durante los meses de otoño, mientras que en verano llegarán menos embarcaciones. No obstante, para julio hay programadas dos escalas de cruceros pequeños, uno con turistas de Reino Unido y otro con estadounidenses.
Los meses de verano son los menos propicios para los atraques en la ciudad autónoma, principalmente por las elevadas temperaturas y el alto nivel de competencia que ofrecen durante dicho periodo otros puertos mediterráneos. Por otro lado, es durante el otoño cuando hay más rutas por enclaves como Barcelona o Argel, de los que Melilla se aprovecha al posicionarse como un destino intermedio.
Melilla finalizó el pasado ejercicio con un total 3.371 cruceristas, 2.527 más que durante el 2011 y un millar por encima de lo registrado en 2010. Desde el Patronato de Turismo esperan que el 2013 también sea un buen año para la llegada de estas embarcaciones al puerto. Por el momento, ya han llegado al puerto local en lo que llevamos de año unos 1.500 cruceristas.
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