La historia de Melilla está intrínsecamente ligada a la presencia militar en la ciudad y ayer fue un día para recordarlo solemnemente. La Comandancia General de Melilla (Comgemel) conmemoró el 106 aniversario de la fundación del Grupo de Regulares de Melilla nº 52 con una parada militar en la explanada ‘Héroes de Melilla’ de la Base ‘Alfonso XIII’, donde se reunieron numerosas autoridades civiles y militares.
El acto estuvo presidido en la tribuna por la vicepresidenta primera de la Asamblea, Cristina Rivas, y el comandante general de Melilla, Fernando Gutiérrez Díaz de Otazu. Junto a ellos, las gradas estaban repletas de familiares y amigos de los militares que desfilaron y de la unidad de veteranos del Grupo de Regulares.
La celebración
El acto comenzó puntual con la lectura del Decreto y Real Orden Circular de Fundación, después de que los jefes de pelotón y sección pasaran revista y de que se incorporaran a la pista los Guiones y la Enseña Nacional.
Esta lectura dio paso a la concesión de laureadas y medallas militares colectivas y a la imposición de condecoraciones a miembros de Tropa y Marinería como reconocimiento por su esfuerzo y dedicación a los Regulares. Los oficiales y suboficiales recibieron su medalla acompañados de un cálido aplauso por parte del público asistente.
Tras ellos y como es habitual cada año, el Grupo de Regulares realizó el nombramiento de Regular de Honor a personas implicadas con el desarrollo del grupo. En esta ocasión, el título fue para el comandante general de Melilla, Díaz de Otazu, y la miembro de la Junta de Gobierno del grupo ‘Amigo de los Regulares’ de Vélez (Málaga), Cristina Cano Gámez.
Les siguió uno de los momentos más emotivos del acto: el homenaje a los que dieron su vida por España. Díaz de Otazu y Cano Gámez pusieron ante el monolito de los Caídos una corona de laurel. El himno nacional sonó para cerrar este recuerdo y dar paso al desfile a pie y motorizado de los Regulares.
Después de un largo proceso de adaptación, la uniformidad de los Regulares de Melilla ha ido recuperando las prendas tradicionales características. En el acto, los regulares lucían el tarbush (gorro típico de color rojo con una borla negra de flecos), la camisa de color garbanzo, el pantalón para formación de tipo noruego y color garbanzo, la faja de distinto color para cada grupo, el sulham (capa más gruesa de color rojo para Melilla y azul para Ceuta), el alquicel (capa blanca más liviana), el correaje de cuero para el personal de la Nuba y la Escuadra, y la skara, la bolsa de costado.
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