La Delegación del Gobierno anunció ayer que 20 agentes de los GRS llegaron el lunes a Melilla para incorporarse a las labores de seguridad en el perímetro de la ciudad. Se trata de un refuerzo que el Gobierno del PP ya había comprometido, tal y como se ocuparon de recordar el presidente regional, Juan José Imbroda, y la senadora del PP Sofía Acedo. Salieron rápido a defender la gestión de su partido para evitar que el mérito les fuera hurtado.
Pero lo importante es que nuevos miembros de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado se encuentran ya en nuestra ciudad para cubrir parte de las carencias que sufrimos en ese sentido. Aún hay mucho por hacer.
Desde las asociaciones de policías y guardias civiles se viene repitiendo el aviso de que hacen falta más agentes. Los recursos actuales dan para lo que dan.
Después de los hechos acaecidos en la valla de Ceuta, con el asalto de más de 600 inmigrantes, los responsables del Gobierno central no pueden mirar hacía otro lado, cruzar los dedos y esperar que no se reproduzca en nuestra frontera.
Es preciso que los dirigentes de la ciudad, tanto del Ejecutivo local como la Delegación del Gobierno, trabajen al unísono y exijan que el ministerio del Interior dote a Melilla de los efectivos necesarios para garantizar la seguridad y el control de la frontera. De la misma forma, aumentar el número de fuerzas protegerá a los propios agentes de posibles ataques. No hay tiempo que perder.