Una de las principales incidencias que se está encontrado el Servicio de Socorrismo en nuestras playas y la más llamativa es el elevado número de “niños perdidos” en lo que va de verano. De hecho, son más de diez casos los registrados desde la temporada estival. La Consejería de Seguridad Ciudadana ha iniciado una campaña para concienciar a las familias en que la presencia de vigilantes no exime de responsabilidad a los adultos en el cuidado de los pequeños.
No son casos aislados. Son muchos los niños que han encontrado los socorristas muy alejados de las sombrillas donde están sus padres. Pero, ¿cómo han detectado que estos pequeños estaban muy lejos de los ojos de sus familias? Los vigilantes se dieron cuenta de que hay muchos niños de corta edad jugando en la orilla sin que un adulto esté pegado a ellos. Eso les llevó a iniciar una ‘campaña’ para concienciar a las familias de la importancia de que estos menores que no saben nadar lleven algún flotador o manguitos para evitar accidentes.
Cuando los socorristas veían a un niño de corta edad en la orilla sin estos sistemas de flotación, se acercaban a él y le preguntaban por su familia. Ahí es cuando muchos de ellos no encontraban a sus hermanos mayores o a sus padres porque se habían despistado mientras jugaban.
Esto ha llevado a los vigilantes a realizar dos campañas de concienciación: por un lado, incidir a los padres en la necesidad de que los niños, si están en la orilla solos, tengan puesto un flotador o unos manguitos y, por otro, aconsejar que no les pierdan de vista porque los pequeños se pueden alejar sin darse cuenta. Desde el Servicio de Socorristas se hace hincapié en que un niño que no sabe nadar puede quedar inconsciente en un par de minutos si no consigue levantar la cabeza del agua.
Los casos
Los vigilantes se han encontrado a niños que han estado perdidos diez minutos. Algunos habían ido a la playa con hermanos mayores que se habían entretenido con sus amigos. Pero hay otros que han estado más tiempo sin sus familias. Sin duda uno de los casos que llama más la atención es la de un pequeño de cuatro años que fue encontrado en La Hípica, cuando su padre estaba en San Lorenzo.
El pequeño explicó a los socorristas que estaba jugando y pensaba que la sombrilla que veía era la de su familia. Estuvo 45 minutos con los vigilantes hasta que encontraron a su padre.
Los socorristas se quedan con los pequeños durante un tiempo prudencial. Sin embargo, desde este servicio indican a El Faro que no pueden estar más de diez o 15 minutos haciéndose cargo de un menor porque puede pasarle algo. Además, su trabajo es intervenir ante cualquier emergencia y no pueden estar pendientes de esta labor si hacen de cuidadores de estos ‘niños perdidos’.
En el caso de que los padres del pequeño no aparezcan, los socorristas se ven en la obligación de llamar a la Policía Local para que sean los agentes los que hagan esa labor de búsqueda.
La consejería insiste en que las familias deben controlar a los más pequeños y no dejarles solos en la orilla del mar.
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