LLevamos tiempo llamando la atención sobre el peligro que representa para Melilla y Ceuta el rearme de Marruecos en el Mediterráneo. Ahora el Instituto de Seguridad y Cultura, una entidad independiente creada hace menos de un año, presenta un informe de 32 páginas que nos ha sentado como un puñetazo en el estómago.
El estudio viene a decir que el reconocimiento de Estados Unidos a la soberanía marroquí sobre el Sáhara y la inversión hecha por Rabat en armamento militar representan un “desafío para la integridad española” y un problema añadido para los intereses económicos europeos.
Para que se entienda, nos advierten de que ya no estamos ante el Ejército miserable que intentó apoderarse de Perejil.
Hay que recordar que en 2016, Marruecos compró 200 carros de combate M1A1 Abrams y 1.200 misiles contra carro. En 2019 adquirió 25 nuevos cazas F16 y modernizó otros 23. Ojo, se los vendió Estados Unidos y aunque se dijo que era armamento de “penúltima generación”, en su momento ya debió preocuparnos que un país pobre, que no está en guerra, gaste tanto dinero en rearmarse.
En principio, todo parece indicar que el objetivo marroquí es Argelia, pero el informe de Seguridad y Cultura advierte de que un conflicto en el Magreb desestabilizará, inevitablemente toda la zona del Estrecho de Gibraltar.
Es una realidad. Rabat no ha ocultado su interés por Melilla y Ceuta en su ansia trasnochada de construir el Gran Marruecos y es ahí donde entran las dos ciudades autónomas. Nos han dicho que tras el Sáhara, se centrarán en las plazas españolas del norte de África, pero luego dejan caer que si les apoyamos y reconocemos su soberanía sobre territorio saharaui aparcarán (¿por cuánto tiempo?) su reclamo de ocupar la frontera sur de Europa. Nos piden que les ayudemos a desaparecernos. Nos animan a hacernos el harakiri.
Hemos ido viendo cómo Marruecos ofreció en julio de 2020 a Estados Unidos condiciones ventajosas para trasladar la Base de Rota a Alcazarseguir. El contrato firmado entre los gobierno estadounidense y español acaba este mes de mayo y de momento no hemos escuchado ninguna alarma que nos lleve a pensar que los americanos cambiarán un enclave privilegiado, en un país democrático, por otro más barato en un régimen autoritario, que en 2011 prometió seguir un “rumbo democrático” y que, en la práctica recurre a chantajes de sexo, mentiras y falsificación para desactivar las voces críticas al poder.
A Estados Unidos se le pueden reprochar muchas cosas, pero nunca su desapego a la libertad y la democracia. Confiemos en que con Joe Biden esto no cambie. Confiemos en que no se acuerden del desplante que Zapatero le hizo a la bandera americana. Confiemos en que nos hayan concedido el perdón por largarnos de Irak y dejarlos tirados. Confiemos en que nada de esto cuente para poder mantener los cientos de puestos de trabajo de calidad que nos da la Base de Rota.
Tanto el Gobierno de Rajoy, como ahora el de Pedro Sánchez y Podemos han minusvalorado la capacidad de Marruecos para hacerle daño a España. Pero también Rabat ha ignorado todo lo que se pierde con la frontera cerrada. Para los políticos de Melilla, sinceramente, es buena noticia que no haya fecha de apertura de Beni Enzar porque baja el paro, se descongestionan las Urgencias y también disminuyen los partos atendidos en el Comarcal. He aquí la constatación de que nuestro hospital se había con vertido en un centro de referencia para toda la zona del Rif, sin posibilidad de cobrarle la factura al Gran Marruecos, ese país en el que la vida de una persona no vale nada.
Hablando del informe de Seguridad y Cultura, un empresario de Melilla, nacido en esta ciudad y estudioso de los movimientos de nuestro vecino, me comentaba las reservas que le genera el estudio porque, en su opinión, pasa por alto que Marruecos no emprenderá contra España una guerra militar sino económica.
Según me explica, bastaría con que Rabat facilitara el desarrollo agrícola para que las producciones marroquíes, más baratas y sometidas a menos controles, hundan los productos españoles, con precios contra los que no se puede competir.
Eso que aquí nos queda tan lejos porque no tenemos agricultura, ni industria, ni pesca porque Marruecos nos lo ha ido quitando todo, es lo que tiene a Murcia y Almería votando a Vox en masa.
Se equivoca quien piense que Marruecos se conformará con Melilla y Ceuta. Ellos van a por España. Igual son capaces de apelar en la ONU a los 8 siglos de dominación bárbara. No podemos creernos que a estas alturas se conformarán con la guerra convencional. Necesitan hundirnos para poder vender sus tomates sin control sanitario o sus lechugas regadas de aquella manera.
Van a por España. No miremos el dedo cuando nos señalan el sol.
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