Categorías: Sucesos y Seguridad

Marruecos repele un nuevo asalto masivo de inmigrantes a la valla fronteriza

El delegado del Gobierno informó de que “entre 300 y 500 subsaharianos” intentaron aproximarse por la zona del Barrio Chino y que fueron interceptados por la Policía del país vecino.

La Gendarmería de Marruecos repelió en la jornada de ayer una avalancha de entre 300 y 500 inmigrantes de origen subsahariano que pretendían saltar la valla fronteriza que separa la ciudad autónoma del país vecino para entrar en territorio español de manera irregular.
El delegado del Gobierno en Melilla, Abdelmalik El Barkani, informó en rueda de prensa que este intento de entrada masivo tuvo lugar a las 4:30 horas, aproximadamente. Al igual que en anteriores ocasiones, los inmigrantes escogieron la zona del Barrio Chino para intentar saltar la valla, ya que en esta parte del perímetro fronterizo su altura es ligeramente inferior que en el resto.
Del mismo modo, el delegado del Gobierno explicó que los servicios de alerta de la Guardia Civil comprobaron movimientos subsaharianos en las zonas fronterizas próximas a Melilla, si bien la colaboración de los agentes marroquíes evitó que los inmigrantes cumplieran su objetivo de aproximarse al perímetro, tal y como pretendían.
“No han llegado la valla”, resaltó El Barkani, quien señaló que número de subsaharianos que aguardan en el monte Gurugú y otras zonas de Marruecos próximas a la ciudad autónoma oscila entre las 400 y las 500 personas.
Por otro lado, apuntó que el intento de entrada tuvo lugar por la zona de Barrio Chino, aunque posteriormente se detectaron movimientos por otros sectores del perímetro fronterizo, aunque de manera más dispersa. El Barkani afirmó que se trata de algo habitual cuando hay una tentativa de asalto.
Asimismo, aseguró que, dada la presencia de subsaharianos en suelo marroquí en localidades próximas a Melilla, estos conatos de entrada van a ser “la tónica general en las próximas semanas”, aunque insistió en la “magnífica colaboración” que está prestando Marruecos en el control de la inmigración ilegal.

La valla, centro de presión

Tal y como se auguraba, la llegada del verano ha conllevado un incremento de la presión migratoria para Melilla. No obstante, la gran diferencia con el año pasado es que la mayor parte de las entradas y de los intentos se están produciendo a través de la valla que separa la ciudad autónoma del país vecino, mientras que en 2011 las llegadas se produjeron, casi en exclusiva, por vía marítima.
Desde que comenzó junio se han sucedido los asaltos masivos al perímetro fronterizo, aunque la colaboración de las fuerzas del orden marroquíes ha conseguido que en varias ocasiones los inmigrantes ni siquiera logren aproximarse a la valla. No obstante, durante los diez primeros días del presente mes lograron entrar en Melilla a través del tramo que discurre por el Barrio Chino medio centenar de subsaharianos.
Ante la clara posibilidad de que se produzcan más asaltos, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado están en plena alerta por si hay algún movimiento en la parte marroquí de la frontera. Desde que comenzó el buen tiempo, la Guardia Civil activó un dispositivo de medidas preventivas para evitar aproximaciones a la valla, con salidas nocturnas en helicóptero incluidas.

Continúa sin esclarecerse la muerte del ex residente del  CETI de Melilla.

Medio centenar de ONG denunciaron en la jornada de ayer mediante un escrito que todavía no se han aclarado las muertes de dos inmigrantes producidas hace seis meses cuando se encontraban en los Centros de Internamientos de Extranjeros (CIE) de Barcelona y Madrid. Uno de los fallecidos había sido previamente trasladado desde el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) de Melilla.
Se trata de Idrissa Diallo, de 21 años, que murió el pasado 6 de enero a las 2:00 horas en el CIE de Zona Franca de Barcelona.
Según las ONG, los testigos afirman que se quejó de fuertes dolores y de problemas respiratorios en repetidas ocasiones y que no fue atendido de forma inmediata ni se pidió un servicio de traducción. Cuando llegaron los servicios de urgencia, ya era demasiado tarde y solo pudieron certificar su defunción.
La otra fallecida es Samba Martine, quien acudió hasta diez veces a los servicios sanitarios del CIE de Madrid y sólo una de ellas tuvo asistencia en la traducción. Murió el 19 de diciembre de 2011, a los 38 días de internamiento, sin haber sido diagnosticada y habiendo recibido solo tratamiento sintomático, según las asociaciones humanitarias.
Las ONGs lamentan que tampoco se hayan implementado las recomendaciones que realizó el Defensor del Pueblo después de la visita al centro de internamiento de Barcelona, como la de establecer un sistema de registro que permita dejar constancia de las solicitudes de asistencia médica de los internos y dotar al centro de asistencia sanitaria permanente.

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