Pro Derechos Humanos considera que el país vecino busca más fondos de la UE.
La asociación melillense Pro Derechos Humanos se pronunció en la jornada de ayer sobre la situación de conflicto que durante los últimos días ha vivido el puesto fronterizo de Beni – Enzar. Así, el principal dirigente de la asociación, José Alonso, matizó que durante los últimos quince años, el Gobierno del reino alauita nunca se ha interesado por las posibles agresiones en la frontera, y menos por solucionar el estado en el que se encuentran sus instalaciones.
Así, la asociación quiso mostrar su “preocupación” por la situación que se está dando en Beni Enzar, pero también su extrañeza por el silencio que durante la última década ha mantenido Marruecos y las agrupaciones humanitarias y cívicas de este país sobre los hechos que denuncian ahora, lo que llevó a Alonso a señalar que “la connivencia entre los manifestantes de la frontera y el Gobierno alauita está clara”.
“Desde la fundación de Pro Derechos Humanos, hemos atendido a numerosas personas que denunciaron haber sido víctimas de malos tratos por parte de la policía, tanto de nacionalidad marroquí como española, sin que hasta este momento Rabat hubiera mostrado su preocupación al respecto”, añadió Alonso.
Por tanto, consideró que la razón a la que obedece esta situación es la de que Marruecos quiere incrementar la presión diplomática antes de negociar los fondos públicos españoles y europeos que le corresponde durante este ejercicio. “No es el primer caso que vemos en el que la Unión Europea pone dinero y Marruecos responde silenciando las violaciones de los Derechos Humanos que se dan en su territorio”, apuntilló.
También criticó la actitud mostrada en los últimos días por el Gobierno de la Ciudad Autónoma al respecto, pues apuntó que han sido “claramente provocadoras, poniéndose al mismo nivel que los manifestantes de la frontera”.
“Lamentamos profundamente que la situación este creando recelos entre los habitantes de ambas naciones”, añadió Alonso, “por lo que no nos queda más que conminar a las autoridades y habitantes de ambos países a realizar un esfuerzo para que las aguas vuelvan a su antiguo cauce”.