Marruecos evocó este lunes en la ONU la nueva postura del Gobierno español de apoyo a su plan de autonomía como única vía para avanzar en la solución del conflicto del Sáhara Occidental, mientras que Argelia condenó lo que llamó "anexión por la fuerza" del territorio saharaui por parte de los marroquíes.
Como cada año, el Comité de Descolonización se reunió este año en la sede de Naciones Unidas para tratar sobre los llamados "territorios no autónomos" que quedan en el mundo y, como siempre, fue el conflicto del Sáhara el que más tiempo consumió, ya que tomaron la palabra decenas de países durante todo el día, unos para apoyar la autonomía marroquí y otros para abogar por la libre determinación de los saharauis.
El contencioso en el Sáhara Occidental comenzó en 1975, cuando Marruecos se anexionó el territorio aprovechando un proceso de descolonización iniciado por España y su fragilidad en los últimos momentos de la dictadura.
En tanto, el Frente Polisario, movimiento de liberación saharaui, proclamó unilateralmente la República Árabe Saharaui Democrática en los campos de refugiados saharauis en Tinduf (Argelia) y le declaró la guerra a Marruecos.
Marruecos trajo este lunes a Nueva York a diez "representantes de la sociedad civil", la mayoría saharauis aliados, y la mitad de ellos citaron la nueva realidad que se ha impuesto con el apoyo del Gobierno español de Pedro Sánchez al plan marroquí de autonomía como el argumento más contundente para apoyar la "marroquinidad" del Sáhara.
Esa misma idea fue repetida por la tarde por el embajador marroquí ante la ONU, Omar Hilale, quien dijo que España, Alemania, Filipinas y Hungría son los últimos países en reconocer que "no hay otra opción realista y creíble", además de proclamar la "estabilidad" del territorio del Sáhara bajo Administración marroquí donde la población -afirmó- "goza de todos sus derechos".
Se esperaba que el embajador de Argelia, Mohamed Ennadir Larbaoui, hiciera también referencia a la postura española sobre el Sáhara, que ha desembocado en una crisis política sin precedentes entre Madrid y Argel, con la llamada a consultas de su embajador el pasado marzo y la posterior suspensión del Tratado de Amistad con España hace cinco días.
Sin embargo, el embajador argelino no mencionó a España sino de manera indirecta, al acusar a Marruecos de "imponer (en el Sáhara) la política de hechos consumados con la ayuda de ciertas partes externas" que han "violado la carta de las Naciones Unidas".
La sesión del Comité de Descolonización sirvió para poner de manifiesto los apoyos que goza cada una de las partes: Marruecos demostró tener más apoyos cuantitativamente, sobre todo en el mundo árabe y África, pero el Frente Polisario cuenta todavía con el respaldo de pesos pesados africanos como Argelia, Sudáfrica, Angola, Uganda o Zimbabue, además de los países "bolivarianos" de Suramérica.
Pero al final, quedó de manifiesto que el conflicto del Sáhara es ante todo una pugna intermagrebí entre Argelia y Marruecos: los embajadores de ambos países agotaron sus turnos de palabra y luego de réplica para combatirse entre sí con acusaciones cada vez más subidas de tono.
Fue el embajador marroquí el que llegó más lejos en sus acusaciones al afirmar que su homólogo argelino practicaba "el terrorismo intelectual", y dijo además que no comprendía cómo Argelia defendía con tanto ahínco el derecho saharaui a la autodeterminación mientras que practica desde 1963 "la ocupación de la Cabilia (la región bereber de Argelia), convertida en una prisión a cielo abierto".
Pero más allá de la rivalidad magrebí, los invitados que Marruecos y el Polisario trajeron hoy a la ONU repitieron como cada año las mismas acusaciones a sus rivales: que se obstinan en negar los derechos más elementales a la población que gobiernan, sea en los campos de refugiados de Tinduf o en el territorio ocupado por Marruecos.
Los invitados por el Polisario describieron cómo "en la última colonia de África" Marruecos se ha adueñado de los recursos naturales de los saharauis, no permite la entrada de periodistas independientes y practica secuestros, violaciones sexuales o torturas contra los independentistas.
Como en un reflejo, los invitados por Marruecos dijeron que el Polisario practica punto por punto esos mismos delitos: desvía la ayuda humanitaria llegada a los campamentos, recurre a violaciones y torturas y tiene "secuestrada" a la población saharaui.
Uno de los intervinientes recordó que todo este cruce de acusaciones sería fácilmente verificable si la misión de la ONU en el Sáhara (Minurso) tuviera competencias sobre derechos humanos, pero no las tiene porque Marruecos siempre se ha opuesto tajantemente a concedérselas.
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