Marruecos estrecha lazos con Motril sin mirar para Melilla

El Puerto de Motril ha anunciado este miércoles que las líneas de barco a Tánger, Nador y Alhucemas que tenían suspendidas desde que empezó la pandemia, en marzo de 2020, se retomarán antes del próximo 15 de junio, día en el que oficialmente empieza la Operación Paso del Estrecho. 

En Motril ya están haciendo preparativos y en Melilla aún no sabemos si la OPE pasará por la ciudad. De hecho no paran de llegarnos al periódico preguntas procedentes de la comunidad marroquí en la península. Están interesados en saber si tenemos alguna información que les ayude a decidirse a reservar la fecha del billete pasando por nuestra ciudad.

A estas alturas no sabemos nada sobre la OPE por más que se diga que están en marcha los preparativos. Seguramente serán como los que se han hecho en la frontera de Beni Enzar: escasos e insuficientes.

El anuncio de la reanudación de las líneas marítimas entre Motril y Marruecos se ha hecho este martes tras una reunión mantenida entre la Autoridad Portuaria granadina y empresarios y autoridades del país vecino. Entre ellos estaba Abdelatif Afail, presidente de la Cámara de Comercio de Tánger, muy favorable, según dijo, a avivar las relaciones comerciales históricas entre Marruecos y España, atendiendo a la cercanía geográfica.

En este sentido, nada convendría más a los dos países que la normalizaciones de las relaciones comerciales entre Marruecos y Melilla y Ceuta, pero eso requeriría que las autoridades marroquíes desistieran de sus delirios anexionistas y empezaran a pensar más en crear riquezas que en alentar conflictos.

Es curioso, este año, en el Puerto de Motril los pasajeros de la OPE estrenarán una nueva pasarela y tienen el compromiso de que se agilizará el tránsito para que pasen el menor tiempo posible en las instalaciones portuarias.

En estos momentos en Granada siguen negociando con FRS, la naviera que se fue el otoño pasado de Melilla porque no le salían rentables los viajes, para que retome la ruta Motril-Tánger. Según ha dicho la Autoridad Portuaria motrileña, FRS tiene un contrato firmado y esperan que lo cumpla.

El caso es que cuando una lee este tipo de noticias se queda con la sensación de que todo el mundo avanza y nosotros seguimos estancados. La frontera abrió, pero nuestra situación, económicamente hablando, es más o menos la misma.

Es cierto que se dijo que la reapertura se haría de manera gradual, pero en estos momentos todo se conjura en contra de la normalización. Partiendo, por ejemplo, del hecho de que se hayan acabado las vacunas. ¿Por qué no faltaron las vacunas en Navidad, cuando hubo colas para inmunizarse para poder entrar con pasaporte covid a los bares a tomarse una cerveza y ahora faltan para que la gente que seguía sin vacunarse pueda cruzar la frontera?

¿Es porque los que no se han vacunado hasta ahora tienen el perfil de lo que damos por hecho que son los votantes de CpM? Si pensara mal, creería que la cosa está paralizada para que esa gente piense que no sirve de nada tener a Coalición por Melilla en el Gobierno si no puede cruzar la frontera porque no hay vacunas pese a que se pidieron hace 12 días a Madrid y el director general de Salud Pública de Melilla aseguró a El Faro que no faltarían dosis.

Si a eso le sumas que no se pueden traer borregos desde Marruecos y además no se sabe si la OPE pasará por Melilla, apaga y vámonos.

Y hablando de Coalición por Melilla, ayer el senador de Compromís Carles Mulet dio, en nombre de los cepemistas, un repaso durísimo al PP recordándole que tuvo 20 años para sacar adelante todo lo que propone ahora que se haga: eliminar la excepción del Schengen; entrar en la Unión Aduanera, aumentar el número de efectivos en al frontera o reabrir la aduana comercial.

Creo que esto explica un poco a qué se debe la pérdida de la mayoría absoluta en 2015. No fue sólo la división de la derecha, que seguramente influyó, pese a que en noviembre de 2016 PPL se disolvió para integrarse en el PP. Habría que tener en cuenta, por tanto, por una parte la reunificación con PPL y, por otra, la entrada de Cs y Vox en el Parlamento Autonómico.

Pensar que perdieron la mayoría sólo por la aparición de estas dos fuerzas políticas es simplificar mucho las cosas. Durante años los melillenses, como recordó Carles Milet, en el Senado, se creyeron lo de los 5.000 empleos que se iban a crear con la ampliación del puerto, pero aquello no avanzaba y el mismo estribillo en una y otra y otra campaña electoral, terminó por hartar a la mayoría.

Y cuando por fin consiguieron que Rajoy dotara de presupuesto la partida de la ampliación del Puerto, vino el tripartito y aparcó el proyecto, de la misma manera que aparcó la construcción del hotel del Cargadero del Mineral, por decisión de la Consejería de Turismo (PSOE).

En una cosa sí tienen razón los populares: la conexión con la península ha involucionado en los últimos tres años, coincidiendo con la paralización de las conexiones durante el confinamiento y el encarecimiento, sin parangón, de los combustibles. Sé que quienes han tragado con los recortes apelarán a estos argumentos para sacudirse la responsabilidad.

Aquí no se trata de que lo bueno lo haga uno u otro. Lo ideal sería que nuestros políticos dieran continuidad a los grandes proyectos que son buenos para Melilla, independientemente de quién los empieza o los termina. Hace falta invertir dinero en iniciativas que creen puestos de trabajo y creen riqueza y que, además, sean respetuosas con el medio ambiente. Aquí no vale todo.

Las jóvenes generaciones de votantes son extremadamente escrupulosas con lo verde, lo sano y lo reutilizable. Para forjar una mayoría hay que meter a mucha gente. Ese proceso de seducción electoral exige compromisos cada vez más medibles. Pretender conseguir la gracia de las urnas con promesas incumplidas es una indecencia que ya no cuela.