Opinión

Marruecos, el infierno para los pobres

Marruecos es muy predecible. Menos de veinticuatro horas después de que España se quejara por el comunicado incendiario del Ministerio de Sanidad marroquí, acusando a nuestro país de no ser "estricto" en los controles de covid en los aeropuertos, hemos tenido un salto a la valla, masivo, a plena luz del día, por Mariguari y sin que en las imágenes que han circulado aparezca un solo 'mejani' de guardia en la zona.

Ochenta magrebíes escalaron la valla y nadie los vio llegar hasta la alambrada arrastrando una escalera de grandes dimensiones. Es la provocación y la falta de respeto elevadas a la enésima potencia.

El salto de este miércoles coincide con el triunfalismo con que Marruecos anunció este martes que su economía ha crecido en plena pandemia un 6,7%. ¿Cómo es posible que las cosas vayan tan bien y la gente huya de un país que crece más que China (4,9% de julio a septiembre de este año) o que Estados Unidos (2,1% en el tercer trimestre)?

El caso es que hemos tenido ese salto un día después de que en Nador se produjera este martes un enfrentamiento de trabajadores y abogados con las Fuerzas de Seguridad por la exigencia de pasaporte covid para acceder a las oficinas dependientes del Ministerio de Justicia.

Según fuentes marroquíes, en los altercados hubo al menos una persona herida que tuvo que ser trasladada al Hospital Hassani de Nador.

Funcionarios de Justicia y abogados habían convocado una huelga para el lunes 20 de diciembre cuando estaba previsto que empezara a exigirse pasaporte covid para acceder a los juzgados.

El enfrentamiento de este martes paralizó el normal funcionamiento del Departamento judicial en la región de Nador. Para este jueves y este viernes el Sindicato de Justicia ha convocado otra huelga en todos los Tribunales de Marruecos para protestar por la exigencia del pasaporte covid.

En ese contexto, encaja que Marruecos le quite presión a la olla y haga la vista gorda permitiendo un salto a la valla de jóvenes que huyen de su país ante el abanico de cero posibilidades que les brinda su Gobierno.

Creo que hay que ir pensando en solicitar agentes de los Frontex para Melilla y empezar a sacar pecho de nuestra condición de territorio europeo colocando la bandera europea en todos los rincones de esta ciudad.

Hace unos días, paseando por el Pueblo me sorprendió que no ondeara allí, junto a Pedro de Estopiñán, la bandera europea. Este fin de semana tampoco estaba. Hay que izarla para recordarle a nuestros vecinos que no están atacando o asfixiando a una república bananera sino a un territorio europeo.  Si no le permitimos el chantaje a Bielorrusia, tampoco se lo podemos permitir a Marruecos.

Marruecos lleva años utilizando la inmigración como arma arrojadiza. Antes nos llenaba el CETI de subsaharianos. Ahora huyen los mismos marroquíes a los que su Gobierno impide entrar por la frontera a Melilla y también huyen refugiados de libro como los yemeníes.

La Unión Europea no mira hacia Melilla porque las entradas irregulares por la valla son testimoniales comparadas con lo que está ocurriendo en la frontera polaca, pero debería mirar. Si no mira ahora, que un español es el jefe de la diplomacia de la UE, no podemos esperar que lo haga en el futuro con otro.

Ahora que en Madrid se ha creado una comisión interministerial para preparar la reapertura de la frontera, pedimos a nuestros representantes políticos que miren por los intereses de los melillenses. Todas las crisis son también oportunidades y tenemos que jugar nuestras cartas.

Es importante, por ejemplo, la presentación de un Plan Estratégico nacional no porque nos creamos que, como dijo el secretario de Estado de Política Territorial, Alfredo González, estará listo en junio e incluirá inversiones presupuestadas. El que tenemos actualmente en Melilla también tiene inversiones presupuestadas.

Ese Plan Estratégico Nacional es importante por el mensaje que envía a Marruecos: vamos a seguir siendo españoles contigo o sin ti.

Ahora hay que defender en Europa que se exija a Marruecos que no discrimine los puertos españoles y a Francia, Alemania o Italia hay que pedirles que como socios, no nos den la espalda. Ahora mismo estamos solos en la arena internacional.

España ha perdido peso político en el exterior. Eso es una realidad. Nadie se fía de un Gobierno socialdemócrata-comunista. Marruecos está aprovechando nuestra debilidad. Su maquinaria de propaganda está funcionando al 110%. Se sienten poderosos. De ahí la importancia de darle publicidad a saltos a la valla como el de este martes. La gente huye del hambre. Así se huye de Marruecos: el infierno para los pobres.

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