Ceuta ha hecho pública su alerta ante la posibilidad de que los marroquíes residentes legalmente en el municipio caballa pudieran votar en los comicios locales. Su preocupación nos afecta, porque igualmente ocurriría en Melilla, aunque aún no está claro que dicho extremo pudiera llegar a ser realidad.
De hecho, depende de la consideración final que se dé a nuestras elecciones locales, que además de municipales también lo son autonómicas. No en vano, en los pasados comicios, por nuestra especial situación jurídica, en Melilla y Ceuta sí votaron los residentes melillenses en el extranjero, circunstancia que no habría sido posible para el caso de que nuestras elecciones se hubieran considerado puramente municipales.
La preocupación de los ceutíes radica en el miedo al quintacolumnismo, es decir a la penetración de un grupo promarroquí que desde nuestra principal institución reivindicase la anexión de Ceuta y Melilla al vecino reino. Un temor objetivo al que, sin embargo, se contrapone el deseo expreso de muchos de esos marroquíes residentes legales por conseguir la nacionalidad española. No obstante, sería iluso considerar que objetivamente el temor no tiene fundamento.
Por tanto, no es cuestión de adelantar acontecimientos pero sí de fortalecer nuestra realidad singular, aproximándonos cada vez más a nuestra configuración como un territorio autonómico, similar a las 17 comunidades autónomas plenas reconocidas como tales en el mapa territorial español. La aspiración de fortalecer nuestro Estatuto y de asemejarnos más al resto de autonomías españolas no puede ni debe olvidarse.