Frontera e Inmigración

Marisa Escámez: "El sistema para los mena funciona, porque está coordinado"

La doctoranda en Sociología y coordinadora del curso ‘El tránsito de mena a adulto inmigrante en España (salud, documentación y arraigo)’, organizado durante esta semana en el centro asociado de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) en Melilla, Marisa Escámez, confesó a El Faro que “el sistema funciona, porque está coordinado”.

Así, aunque haya algunas personas “que no se enganchan a él porque no quieren o no les gusta”, en general funciona bien, reiteró, si bien aclaró que “siempre es necesario buscar opciones que mejoren lo que ya se está dando, porque aún hay muchas lagunas, errores y situaciones que se complican”. “Hemos de ayudar a modificar el momento de pasar de menor a adulto e intentar que el mena sea feliz”, añadió.

Tal como recordó, si el tránsito de menor a adulto es difícil para los españoles porque “no se pueden emancipar, no hay dinero, no hay trabajo o algunos no están formados”, la profesora opina que se complica más para los mena, algunos de ellos indocumentados, sin familia, redes sociales ni un lugar al que acudir.

Por todo ello, y para conseguir que estas personas puedan llevar una vida normal, Escámez piensa que la intervención social tiene que ser “muy grande, muy actualizada y muy multidisciplinar entre distintos sectores”.

Cumplimiento del las normas

Por otra parte, la experta defendió que los mena adolescentes tienen unos horarios en los centros que suelen cumplir y que “el que no llega a comer, no come y el que no llega al recuento de noche, causa baja”. “Aunque puede haber algunos que no lo cumplan, los que no lo hacen, quedan fuera del sistema”, añadió Escámez, y recordó que también hay hijos en familias estándar que incumplen la hora de vuelta a casa decretada por sus padres.

Así, en conclusión, apuntó, “el sistema funciona para aquéllos que asumen que el sistema es un compromiso que deben asumir”. “Los que no, dispersos siguen por la vida, y seguirán”, añadió.

Un balance positivo

En cuanto al curso -que contó con una serie de conferencias y mesas redondas e incluso con la participación de dos ex mena, Escámez dijo que se había organizado por su “inquietud” respecto a las necesidades de los alumnos de saber qué pasa una vez que los mena cumplen la mayoría de edad. En este sentido, la coordinadora destacó la “inquietud grandísima” por parte de los estudiantes, con más de 100 matriculados.

“Son alumnos de Trabajo Social o Educación Social o de Integración Social, pero con un compromiso de mejora, de propuesta, de saber qué está pasando. Y eso, para mí, como profesora y organizadora de este curso es importantísimo. Me llena”, ratificó.

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