El vicepresidente de Melilla considera que la decisión del Gobierno de Rajoy ha sido “la más sensata” para que España salga de la crisis económica cuanto antes.
El Gobierno de la Ciudad Autónoma de Melilla no ha visto con malos ojos el rescate financiero de 100.000 millones de euros concedidos a España para la reestructuración y saneamiento de su sistema bancario. En palabras dirigidas a los medios de comunicación, el vicepresidente del Ejecutivo local, Miguel Marín, aseguró que dicha medida servirá para que el crédito vuelva a fluir hacia familias y empresas.
En este sentido, el segundo de a bordo del Gobierno melillense aseveró que esta inyección económica será “la piedra angular” para que el país salga de la crisis económica en la que se haya inmerso. “Las pymes volverán a generar puestos de trabajo y las unidades familiares reactivarán el consumo”, aseveró. Además, apuntó que “la reforma del sistema financiero ha sido siempre una de las prioridades del Ejecutivo de Mariano Rajoy”.
Al igual que el presidente del Gobierno de la nación, Marín evitó hablar de rescate y se refirió a la ayuda recibida como “una línea de crédito para sanear las arcas del Estado”. Asimismo, recalcó en otros países donde se llevaron a cabo rescates “se impusieron unas condiciones, lo cual no es el caso de España”.
“No se huye de esta palabra, la realidad constatable es que en nuestro país sólo habrá una supervisión por parte del Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Europeo y la Unión Europea (UE)”, no se pondrán condiciones”, aseveró el vicepresidente autonómico.
Por otro lado, criticó con dureza que esta medida no se hubiera tomado antes y reprochó la gestión realizada por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero durante la pasada legislatura. “En otros países europeos, caso de Grecia, Irlanda y Portugal, se acogieron a estas ayudas hace tres años y solucionaron los problemas que tenían”. De igual modo, resaltó que el anterior Ejecutivo central “debería haber actuado con sensatez y admitir cuál era el auténtico estado en el que se encontraba el sector financiero”.
“El Gobierno de Zapatero sólo hablaba sobre situaciones completamente irreales y los españoles continuaban consumiendo sin saber el futuro que nos esperaba”, lamentó el vicepresidente. Además, recordó que durante la anterior legislatura “se llegó a hablar de brotes verdes en la economía nacional y se evitaba por todos los medios pronunciar la palabra crisis”.
En términos generales, el segundo de a bordo del Ejecutivo local se mostró optimista de cara al futuro de España con esta ayuda financiera y aseguró que en breve volverá a circular el crédito para que pequeñas empresas y familias puedan alcanzar el nivel económico de antaño, reactivar la creación de empleo y potenciar el consumo.
Con similares términos se pronunció el diputado a Cortes por Melilla, Antonio Gutiérrez, el pasado domingo sobre la situación, apuntando en todo momento que el dinero que se la ha concedido a España no es un rescate propiamente dicho, ya que en otros casos éste ha conllevado la imposición de ciertas obligaciones, mientras que en el de España se llevará a cabo un concienzudo seguimiento de cómo aplica el Estado esos 100.000 millones de euros y la gestión que llevan a cabo las entidades bancarias.
En opinión de Gutiérrez, ahora le toca a los bancos “hacer bien los deberes”, pues no dudó en apuntar a su “malísima” manera de obrar en los últimos años como la principal causante de la crisis financiera internacional.
Estos planteamientos coinciden con los defendidos por el Gobierno de Melilla, desde donde consideran que la Administración del Estado ha demostrado “la sensatez” que no tuvo el Ejecutivo de Zapatero. En cuánto a cómo podría afectar este préstamos mil millonario a los ciudadanos y si se llevarán a cabo más recortes del gasto público para posibilitar la devolución de intereses, poco se conoce. Por el momento, la Ciudad Autónoma está convencida de que la principal repercusión que tendrá esta inyección económica será que los bancos estarán en condiciones de volver a conceder préstamos, lo cual beneficiará a pymes y familias, consideradas la columna vertebral del sistema.
Una ‘troika’ vigilará de cerca que España cumple sus objetivos.
El ministro alemán federal de Finanzas, Wolfgang Schäuble, anunció ayer que la troika formada por la Comisión de la Unión Europea (UE), el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Central Europeo (BCE) controlará la reestructuración de la banca en España.
“Habrá una troika. Se encargará de controlar con precisión que el programa se cumple”, dijo Schäuble en declaraciones a la emisora pública Deutschlandfunk dos días después de la aprobación de una ayuda de hasta 100.000 millones de euros para el rescate de la banca en España.
Tras subrayar que esa labor de supervisión se limitará exclusivamente a la reestructuración de la banca, Schäuble comentó que el sector financiero español se tambalea por los problemas surgidos debido a la burbuja inmobiliaria.