Los internos participaron en varios talleres previos para debatir los dibujos que harían.
El proyecto del Instituto de las Culturas y el Centro de Iniciativas para el Desarrollo (Cicode) de la UGR, Marcaré Melilla, continúa realizando las últimas actividades del año. El pasado 18 de diciembre finalizaron un mural que han estado pintando durante varios días en el centro penitenciario de la ciudad. Se trata de una de las últimas actividades que se pondrán en marcha dentro de este proyecto, que está a punto de concluir y del que en los próximos meses está previsto que se realice una memoria para decidir si se amplia su actividad para el próximo año.
El coordinador del proyecto, Francesco Bondanini, aseguró que el trabajo que han desarrollado en la cárcel ha sido muy enriquecedor y destacó la participación de los internos y “su afán por pintar y por ver acabado el horizonte”. Bondanini indicó que la sensación es que el mural ha sido para ellos como una ventana al exterior y apuntó que tienen la intención de volver a trabajar en el centro penitenciario en el futuro con proyectos similares.
El coordinador de la actividad explicó que cuando llegaron al centro el primer día visitaron diferentes módulos y los patios, para hacerse una idea del espacio en el que iban a trabajar.
Una vez que conocieron el centro, pusieron en marcha como es habitual dentro de los proyectos de Marcaré Melilla, talleres en los que los participantes y los monitores debatieron sobre las ideas que querían transmitir a través de la pintura de la pared. Así, destacó que uno de los internos les dijo que tenían que evitar el color salmón porque ya estaba presente en todo el patio y otro hacía una alusión parecida al amarillo.
Por esta razón, apunta Bondanini, decidieron que estos colores que tenían un significado negativo para los internos, se transformaran y por ejemplo usaron el amarillo para el sol, como símbolo de libertad y naturaleza.
En el mural, finalmente, aparecen algunas de las frases que los internos escribieron en sus bocetos en la primera fase del taller. En una de ella se puede leer “la vida sigue…” que sugiere la necesidad de seguir adelante, de buscar la esperanza también dentro las rejas de la cárcel.
El objetio del taller es precisamente ese, que los internos expresen como se sienten y vean en el horizonte un futuro con esperanza.