Miembros de distintas asociaciones inciden en la urgencia para cambiar los hábitos de consumo
Pocas personas son conscientes de lo que realmente se esconde bajo el mar. Tristemente, la basura marina es una realidad que pone en ‘jaque’ la salud de los océanos. Sólo en el Mar de Alborán hay ocultos algo más de 300 piezas de vertidos por cada 100 metros. Así lo aseguró ayer a El Faro la doctora e investigadora Estíbaliz López-Samaniego, de la Asociación Vertidos Cero y Asociación Española de Basuras Marinas.
Ella fue una de las ponentes que intervino durante la tarde de ayer en la conferencia que se ofreció en el Real Club Marítimo, en la que trataron de aportar soluciones para revertir esta problemática que, pese a su gravedad, sigue siendo invisible a los ojos de muchos.
“Hace falta que la gente se dé cuenta de que estas basuras tienen un impacto enorme: en el medioambiente, en las especies y en la salud de las personas”, subrayó.
Cambiar el consumo
Como recordó López-Samaniego, todos podemos ser “un poco protagonistas” en la mejoría del estado de salud a nuestros mares. En este punto, señaló que el 70% de lo que se extrae del fondo marino y de las playas en nuestro país son restos de plásticos: “Es el material predominante porque se hace un consumo abusivo de él”.
En consecuencia, no sólo hay que trabajar desde la concienciación de lo que hacemos con nuestros vertidos. Toca replantearse los hábitos de consumo. “Tenemos que darnos cuenta de las cosas que adquirimos y pensar en la probabilidad de que acaben en el mar o en las playas”, afirmó.
Al parecer de la ponente, objetos como las bolsas, las pajitas o los vasos de plástico se pueden suprimir fácilmente de nuestra compra si adquirimos conciencia de esta problemática. “No sólo es importante hacerlo, también comunicarlo para que nuestro alrededor sepa que el mejor residuo es el que no se produce”, apuntó la doctora.
De Melilla, señaló, le llamó la atención la cantidad de vertidos de vidrio que se acumulan en las costas y el mar. “Se sustrae una mayor cantidad de este material respecto a otras playas”, manifestó López-Samaniego.
Ayuda de una ‘app’
Durante la tarde de ayer también se presentó en nuestra ciudad una aplicación móvil que puede convertirse en una aliada para identificar la dimensión real de la basura marina en nuestro país. Como explicó Antonio Márquez, responsable de la ONG Oceánidas y de la Red de Vigilantes Marinos, el nombre de esta ‘app’ es ‘Mar Nova’. “Una vez extraídos los residuos se pueden categorizar de una forma muy precisa, especificar la cantidad de vertidos que suponen... Luego, todos estos datos se remiten al Ministerio de Medio Ambiente”, expuso. De este modo, se facilita la información al Gobierno para que busque medidas orientadas a poner solución al problema de la basura marina.
Como señaló Márquez, la Red de Vigilantes Marinos cumple un papel esencial en la identificación de los focos de basura.
Proyecto Libera
Otro programa que se dio a conocer en la tade de ayer fue el ‘Proyecto Libera’, promovido por la ONG SEO/BirdLife y Ecoembes. La responsable de comunicación de Ecoembes, Sara Güemes, informó de que el objetivo de esta iniciativa es concienciar y movilizar desde el conocimiento, la prevención y la participación para mantener a salvo el medio ambiente.
Lo que hace esta iniciativa es financiar y dar a conocer proyectos de limpieza, además de ayudarlos a amplificar los efectos positivos de su actividad.
Melilla participa en la ‘III Limpieza Nacional de Fondos Marinos’
Melilla participará activamente en la ‘III Limpieza Nacional de Fondos Marinos 2017’, a la que se han sumado multitud de organizaciones. La actividad tendrá lugar a partir de las 10:00 horas en la playa de Horcas Coloradas, con intervención tanto en la arena como en los fondos marinos. El evento, organizado por BuceoMelilla, espera contar con la participación de unos 300 voluntarios. Este evento también ha contado con la colaboración de las consejerías de Coordinación y Medio Ambiente, y la de Educación, Juventud y Deportes. Como en anteriores ediciones, la limpieza contará con el apoyo de diversos organismos, como el Ejército de Tierra, el Ejército del Aire, la Guardia Civil, Asociaciones de buceo y Federación Melillense de Actividades Subacuáticas, seis centros educativos, la Universidad de Granada, Asociaciones de Personas con discapacidad, así como otras entidades sociales, organizaciones ambientales y ciudadanos en general.