La Semana Santa de Melilla 2016 ya ha llegado. A siete días de que comience la catequesis cristiana por las calles de la ciudad, Manuel Jesús Jiménez presentó a todos los cofrades, amigos y melillenses, en general, esta tradición religiosa.
“La primera vez que llevé al Cristo de la Paz sobre mis hombros me colé entre sus varales”, reconoció durante su discurso. Sereno y aguantando la emoción, el Hermano Mayor de la Cofradía de la Soledad se entregó por completo durante el Pregón Oficial de este año que tuvo lugar anoche en la iglesia del Sagrado Corazón ante una gran multitud de público.
Antes de que el pregonero tomara la palabra, en un acto que comenzó con bastante retraso, pasadas las 21:00 horas, la hermana Sor Adelina Sánchez, pregonera de la Semana Santa de 2015, pronunció una tierna presentación. “Adelante, no mires hacia atrás, que con tu Cristo de la Paz y la Virgen de la Soledad tendrás fuerzas para poder seguir caminando”, le deseó al final de su discurso.
Entre recuerdos
Desde sus inicios y hasta su reciente nombramiento como pregonero de la Semana Santa de Melilla, Manuel Jiménez fue realizando un emotivo repaso a lo que para él ha sido vivir año tras año estos siete días de Pasión.
Tuvo palabras de recuerdo y reconocimiento a todas y cada una de las personas que lo acompañaron en su vida cofrade y cristiana. “En todas las imágenes que me vienen a la memoria se encuentran presentes diferentes personas que me han guiado y acompañado en estos años vividos”, explicó.
Pasión melillense
Sus padres, sus hermanos, sus amigos Antonio Cerdán, Nicolás Fernández y Juan Ramos, que le hicieron entrar en la Cofradía de la Soledad, de la que es hoy Hermano Mayor, todos ellos fueron apareciendo durante un discurso que no quiso olvidar ningún detalle. Por no decir, su mujer Marisol y sus hijos Marta y Manuel, a los que dedicó este pregón, especialmente.
Mucho cariño. Muchas palabras repletas de sentimiento condujeron a Manolo Jiménez por la Pasión de Melilla. Comenzando por la procesión de la Pollinica, de la Cofradía de la Flagelación, hasta acabar en la procesión gloriosa del Resucitado, de la misma hermandad. “Por vía de hechos, desde el momento en el que la Pollinica hace la “revirá” en la calle Luis de Sotomayor para entrar en el Parque Hernández, la procesión deja de ser de la cofradía del ‘Flagelao’ para pasar a ser de la cofradía de Melilla”, mencionó. Pero poco a poco fue desgranando cada detalle, cada momento, imagen o sonido de todas las imágenes que protagonizan la Semana Santa de Melilla. Pollinica, Gracia y Esperanza, Sentencia, Humillado, Nazareno, Virgen de las Lágrimas, Cautivo de Medinaceli, Rocío, Flagelación, Mayor Dolor, Cristo de la Paz, Buena Muerte, Piedad, Cristo Yacente, Socorro, Dolores, Soledad y Resucitado fueron citados durante un recorrido en el que el pregonero fue realizando por la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo. En cada una de las imágenes se detuvo para sacar a relucir cada detalle, cada singularidad de la cofradía.
Su Semana Santa, en Melilla
Manuel Jiménez terminó su discurso alabando lo que es: cofrade y melillense. “No conozco otras semanas santas que no sean las de mi ciudad”, dijo. “Decir a los vientos de poniente y de levante que ¡ésta es mi Semana Santa! ¡Que éstas son nuestras cofradías”, terminó.
Desde joven, con la Soledad
El pregón que pronunció anoche el Hermano Mayor de la Cofradía de la Soledad y el Cristo de la Paz, Manuel Jiménez, da comienzo de manera oficial a la Semana Santa de Melilla 2016. Durante su discurso, este cofrade y melillense se mostró muy sereno e intentando aguantar la emoción. Un aguante que casi no pudo retener al recordar a su madre y a su padre en uno de los momentos más especiales para un cofrade: el Domingo de Ramos.
A partir de ahí, el pregonero hizo un recorrido por todas las cofradías melillenses, pero, en el fondo, muchos eran los que esperaban oír mención a su hermandad. Lo hizo, pero no en el momento que los espectadores imaginarían.
Manolo, casi al final de su pregón, dejó ver la especial unión que mantiene con todas las hermandades, pero como él mismo recordó: “Ese primer Jueves Santo lo tendré presente en mi memoria hasta que Dios me lo permita. El mío fue un hombro más, pero aquel no fue un día cualquiera”. Es su cofradía. Se refería, precisamente, a la primera vez que portó al Cristo de la Paz, el de la hermandad de la que muchos años después se convertiría en Hermano Mayor.
“Es la Paz de Melilla, el aval de nuestra ciudad, la que advierte haciendo crujir el madero cuando cruje la sociedad”, manifestó el pregonero su el titular. En su discurso siguió profiriendo piropos y palabras de cariño a su Cristo. “Ese semblante sereno, que al mirarlo hacer parar las manecillas del tiempo y nos invita a no cesar en la persecución y mantenimiento de la paz”, dijo.
“Se abren las puertas del templo y se te ve a lo lejos, cerca del altar, no de forma clara, pues se interponen fumaradas de incienso”, comenzó narrando Jiménez para centrarse en su Virgen. “Es día de ver que tu soledad no es la que cierra puños por ira o rencor, sino que es de manos abiertas de madre, inigualable en soledad”, manifestó. Tras estas palabras y con un cálido aplauso se recibió a la Semana Santa de este año.
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