La ciudad amanece a diario llena de cacas de perro. Las aceras que rodean el Parque Hernández, el césped de la plaza del Tesorillo y el Paseo Marítimo son los lugares preferidos por las mascotas para hacer sus deposiciones, según un empleado de la empresa adjudicataria de la limpieza viaria. El problema está en que algunos propietarios de los canes no las recogen. Se hacen los ‘longuis’ porque sacan a pasear a sus perros o muy temprano en la mañana o muy tarde en la noche. No hay nadie alrededor y se escaquean.
En lo que va de año en Melilla no hay ni una sola denuncia ni ninguna multa por dejar la caca del perro en medio de la vía pública. Así lo han confirmado a El Faro desde la Consejería de Seguridad Ciudadana.
Mientras en localidades turísticas como Bilbao o Las Palmas han declarado la guerra a los dueños de mascotas que no recogen los excrementos con multas que en ambas ciudades llegan a los 1.500 euros, en Melilla hay una especie de ‘manga ancha’ con lo que para muchos lectores de El Faro se ha convertido ya un problema.
Multas de hasta 3.000 euros
La primera ordenanza municipal que se aplicó en nuestra ciudad data del año 1997. Hace dos décadas dejar la caca del perro en medio de la acera era considerado ya una falta grave y acarreaba multas de entre 10.000 y 15.000 pesetas (entre 60 y 90 euros).
El 12 de mayo de 2015 entró en vigor un nuevo ‘Reglamento para la garantía de la convivencia ciudadana y la protección del espacio urbano’ en Melilla que dedica su sección tercera a las ‘Deyecciones de animales domésticos’ y que contempla multas de 750 euros para los dueños de mascotas que no recojan la caca o permitan que su perro orine o defeque en aceras.
Los reincidentes incurrirán en una falta grave con multa de entre 750,01 a 1.500 euros. Para los que acumulen dos infracciones graves en un mismo año el multazo podría llegar a los 3.000 euros.
No obstante, el Reglamento contempla la posibilidad de eximir al propietario del pago de la sanción en el caso en que sea posible la limpieza y restitución inmediata del espacio público. O sea, si pillan al dueño de un perro escaqueándose y éste saca la bolsa, se libra de la multa.
Es una ordenanza en sintonía con la que rige en Bilbao, que establece multas leves de 750 euros, graves de 1.500 y muy graves de 3.000. Hace dos años el ayuntamiento de esta ciudad vasca barajó hacer un censo del ADN de los perros censados en para identificar a los dueños de las mascotas que no recogían los excrementos de la vía pública.
El año pasado la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, anunció una campaña de multas por no recoger las deposiciones de los canes, sustituibles por trabajos en labores de limpieza de las calles. En Murcia, el Consistorio también prevé multas de 150 euros para los primerizos, 300 para los que repiten y 1.500 para los dueños de mascotas que son pillados por tercera vez sin recoger la caca. Para que todos se dieran por enterados inició la campaña ‘No seas marrano’.
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