Un hombre se enfrenta a una posible condena de tres años de prisión como presunto autor de un delito de violencia de género. Según sostiene la fiscal en su escrito de acusación, el procesado dedicó varios insultos a su mujer y llegó a amenazarla con cortarle el cuello.
Los hechos, llevados ayer ante la magistrada titular del Juzgado de lo Penal número 2 de Melilla, tuvieron lugar el pasado 8 de agosto, sobre las 19:00 horas.
El encausado negó que hubiera insultado o amenazado a su mujer. “No discutimos”, respondió a la fiscal, al ser preguntado sobre el día de los hechos. “Hemos discutido varias veces, pero de una forma normal”, sostuvo el hombre.
La dejó en la frontera
“Ese día la llevé a la frontera sobre las once de la noche porque quería ver a su madre”, relató el encausado. Según señaló, la llamó por la noche para saber que había cruzado a Marruecos sin problemas.
“¿Le dijo que le iba a cortar el cuello?”, interpeló la fiscal. “No”, insistió el procesado.
La víctima ofreció una versión opuesta del día de los hechos. Según explicó, aquel día discutieron en el domicilio familiar. El motivo de la riña, dijo, fue que a ella le dolía mucho una muela y pidió dinero a su pareja para ir al dentista, pero él se negó a dárselo.
“Empezó a insultarme, a decirme que era una puta, que sólo quería irme a Marruecos”, afirmó la mujer. Luego, continuó relatando, él se fue de la casa, pero al rato la llamó. Ella le dijo que no podía soportar el dolor.
Amenazas por whatsapp
Más tarde, siempre según la versión de la víctima, el procesado le mandó varios audios a través de whatsapp. En uno de ellos decía que, si al volver a la casa ella seguía allí, le iba a cortar el cuello.
La mujer aseguró en el juicio que sentía miedo hacia el encausado. Según afirmó, entregó los mensajes con las amenazas en el juzgado de guardia, aunque eliminó el resto de la conversación.
Estos audios, pese a ser una prueba esencial, no fueron aportados al procedimiento. Según explicó la magistrada, el juez instructor, en su lugar, entregó un disco que contenía la grabación de una vista anterior.
La perjudicada afirmó que los audios que recibió por whatsapp fueron escuchados en el juzgado de guardia. No obstante, no constaba la transcripción de los mismos.
Pese a todo, la fiscal mantuvo la petición de una sentencia condenatoria para el encausado. Además de la pena de prisión, reclama doce días de localización permanente y una orden de incomunicación y alejamiento de 200 metros por un periodo de dos años.
El letrado de la defensa, por su parte, reclamó la absolución de su representado. Según sostuvo, no existían pruebas determinantes para desvirtuar la presunción de inocencia del acusado, ya que no se había aportado al procedimiento el audio con las amenazas ni tampoco una transcripción del mismo.
La magistrada tendrá que decidir la sentencia.
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