Luchar por el aeropuerto

Hace unos días publicaba, concretamente esta misma semana, un artículo donde pedía a las formaciones políticas que todas remaran en la misma dirección para lograr que el aeropuerto de Melilla pueda incrementar su horario de apertura. Precisamente, sobre este mismo tema, el Partido Popular ofrecía una rueda de prensa en la jornada del miércoles donde su secretario general, Miguel Marín, ofrecía dos datos concretos que merecen la pena ser comentados: por un lado, apuntaba a que la apertura del aeropuerto debía ser hasta las 21.30 horas y la segunda, centrada en el cambio de calificación del aeropuerto para que puedan aterrizar otro tipo de aeronaves que tendrían más capacidad.

En relación con la primera de las apreciaciones me gusta que haya ya una formación política que apunte a esa necesidad, aunque resulta que hablamos de una cuestión que lleva muchos años instalada entre la opinión pública de nuestra ciudad y que, sin embargo, a pesar de ser una reivindicación a la que se apuntan todos los melillenses aún no ha encontrado hueco dentro de las preferencia de AENA.

Debemos tener en cuenta que con el incremento de la bonificación hasta el 75% la utilización del enlace aéreo ha aumentado de manera importante y ese incremento se nota en los datos mensuales que facilita la agencia. Además nos encontramos con que la compañía Air Nostrum ha incrementado el número de destinos al haber sido la adjudicataria de las líneas de interés público como son las ciudades de Sevilla, Almería y Granada. Aparte también se ha añadido la recuperación de Barcelona y el mantenimiento durante varios meses de verano los enlaces con Baleares y las Islas Canarias.

El aeropuerto de Melilla ya no es, por supuesto, ese aeropuerto que nada más que mantenía sus vuelos con Málaga y con Madrid durante varias veces al día. Ha crecido exponencialmente y por esa misma razón el número de horas en que debería permanecer abierto también se tendría que incrementar. Y todo porque no hablamos de razones técnicas, de problemas porque sea de noche. Esa no es la razón. Siempre se ha indicado que las circunstancias de esa restricción de horarios son de índole de falta de personal y ahí si puede intervenir AENA.

Según los datos facilitados, resulta que el aeropuerto de Melilla es el que menos horas permanece abierto dentro de la red controlada por AENA que son todos los aeropuertos españoles. Es verdad y hay que reconocerlo que AENA ha invertido, de manera importante, durante los últimos ejercicios, para mejorar las instalaciones que están bajo su responsabilidad. Pero ahora que estamos celebrando el cincuentenario de la inauguración del aeropuerto quizás sería el momento idóneo para dar un salto de calidad en el futuro.

Luego, nos encontramos con un segundo apunte puesto encima de la mesa por Miguel Martín cuando indica que un cambio en la propia calificación del aeropuerto permitiría, a buen seguro, que otro tipo de aeronaves pudieran aterrizar y todo ello con una mayor capacidad.

Los políticos de nuestra ciudad están obligados a lograr este hito que supondría un salto cualitativo enorme en la calidad de vida de los melillenses. Pero no ser un asunto que se apunte durante la época electoral y que luego termine guardándose en un cajón. Entiendo que debería ser la Ciudad Autónoma la que se encargara de capitanear esta petición, como genuina representante de los intereses de todos los melillenses. Pero capitanearlo sin ningún tipo de interés ni rédito político. Una comisión donde también deberían estar representados tanto la Delegación del Gobierno como los parlamentarios que salgan elegidos en los próximos comicios del diez de noviembre.

Es una necesidad que además, incluso si fuéramos más lejos, vendría a incentivar el derecho que tienen todos los españoles de circular libremente por el resto del territorio nacional. Estoy convencido de que si hay voluntad política se pueden remover todos los obstáculos para lograr el incremento de los horarios del aeropuerto de Melilla y su cambio de calificación. Lo que nos traería unos buenos beneficios.