Abdullah ha cumplido ya los 18 años y pese a su mayoría de edad sigue siendo un niño dependiente y con discapacidad física. Tiene que moverse en silla de ruedas, aún usa pañales y su madre tiene que ayudarle en todo momento. Su familia pide ayuda para encontrar una vivienda digna que pueda estar adaptada a las necesidades de Abdullah y en la que pueda albergarse el resto de su familia.
Ha sido la tía de Abdullah, Zaida, quien se ha puesto en contacto con el periódico de El Faro, harta de ver la situación que vive la familia de su hermana, para exponer la situación en la que viven. Denuncia que la familia solicitó hace 14 años una vivienda de protección oficial y tras hacer varias reclamaciones a Emvismesa no han tenido ninguna solución.
Abdullah vive con su madre, su padre, una hermana de 17 años y un hermano de dos. Hasta hace dos años la familia vivía en la casa de la abuela materna en La Cañada, que solamente tenía una habitación para ellos. “Estaban viviendo con mi madre, con tres niños que tienen”, señala Zaida. Pero finalmente encontraron otra vivienda, la vecina de su madre alquilaba su casa, así que ahí viven desde hace dos años.
Aunque desde hace dos años viven sin la abuela, el piso sigue sin ser suficiente para que pueda vivir esta familia de cinco miembros y mucho menos está adaptada a las necesidades de Abdullah. “Es una casa que no está en condiciones, tiene una escalera, y el niño se mueve en silla de ruedas”, lamenta la tía de Abdullah, que incide en el pequeño tamaño de la casa en la que tiene que vivir el matrimonio con sus tres hijos.
Una de las cosas que destaca Zaida son las dificultades que tiene su hermana para poder lavar a su hijo discapacitado en el pequeño plato de niña que tienen en el baño. “No se le puede lavar ahí”, expresa.
La familia ya hizo varias reclamaciones a Emvismesa, pero desde la entidad municipal les indicaron que hay más casos como el suyo. Pero llevan mucho tiempo pidiendo ayuda para conseguir una casa adaptada a las necesidades de Abdullah. “Tienen un problema, la verdad es que la madre está sufriendo mucho con el niño”, lamenta Zaida.
Hará unos ocho meses, según indica, acompañó a su hermana a Emvismesa para poder exponer de nuevo su situación y tampoco tuvieron éxito. Tras otros intentos posteriores, sin resultados, han decidido hacer una denuncia ante la opinión pública a través de El Faro de Melilla.
Zaida expone que el niño tiene que bajar y subir todos los días por unas escaleras muy estrechas cada vez que tiene que salir de casa, sobre todo para ir al colegio.
La casa tiene una cama de matrimonio, donde duerme Abdullah con su madre, porque al carecer de espacio la vivienda la familia no puede tener una cama adaptada para él. Su padre tiene que dormir en una pequeña cama que hay en otro dormitorio.
“Tiene 18 años, la madre tiene que cambiarlo, también bajarlo por las escaleras, y pesa. Creo que deberían tener una casa que esté adaptada para él”, asevera la tía de Abdullah, quien insiste en que “tienen que ver las condiciones en las que están”.
Sin duda alguna el problema de las discapacidades son temas que el gobierno autonomico debe de dar prioridad, y solucionar estas barreras y problemas que presentan estas personas, no solo con ayudas economicas, sino adaptando su situacion a una vida mas acorde a su estado de discapacidad. Pensemos en el merito y sacificio de sus familias que dia tras dia atienden a sus afectados con el unico poposito de que se sientan cuidados y queridos. Seamos humanos, y no corramos ningun velo a estas peticiones que por derecho hay que atender. Las instituciones antes que comprar propiedades imnecesarias, o asfaltar lo que nadie ve logico, deben de planificar, y preveer estos requerimientos para las familias de este colectivo de personas discapacitadas. Demos soluciones y habremos cumplido con nuestros deber.