Es la conclusión de un estudio reciente que retrata a los condenados por terrorismo.
La radicalización empieza a repetir patrones de conducta. Un estudio reciente entre condenados en Europa por terrorismo revela que los extremistas islámicos son cada vez más jóvenes, están influenciados por los videojuegos y tienen antecedentes penales por delitos de violencia común. Así lo recoge un artículo del autor de ‘Yihad’, David Garriga Guitart, recogido por el Observatorio Internacional de Estudios sobre Terrorismo.
Según explica Garriga Guitart, la radicalización llega ahora a más personas por la facilidad con que la propaganda yihadista se difunde por las redes sociales.
Ya no viajan a Siria o Iraq
También reconoce que existe una variedad de perfiles que dificultan identificar a tiempo a jóvenes radicalizados, siguiendo un determinado perfil. Sin embargo, sí se han detectado “rasgos identificativos” que se repiten en varios miembros de grupos radicales: la media de edad disminuye, la captación no se realiza sólo por las redes sociales sino también a través de videojuegos, la mayoría de chicos no viaja a Siria o Iraq, como última fase de radicalización, y aumentan los porcentajes de delincuencia común.
Otro punto que aborda David Guitart en su artículo publicado hace una semana es que pocas veces se reconoce que entre las víctimas del terrorismo yihadista también está la comunidad islámica porque cada vez que se produce un atentado, se convierte en víctima de críticas mediáticas y sociales “porque la hacen responsable de tales atrocidades. Seguimos relacionando Islam con terrorismo y esto sólo beneficia a los que matan en nombre de un falso Islam”, señala el también criminólogo.
El autor de ‘Yihad’ identifica además como víctimas a los jóvenes reclutados porque, en su opinión, “ofrecen su vida a una causa mientras nuestra sociedad no ha hecho nada para evitarlo”.
El autor propone que para que los jóvenes no caigan en la radicalización la sociedad debería aportarle recursos más atractivos que los que les ofrecen los captadores. Además considera esencial informar, formar y tomar medidas de prevención en los grupos más sensibles de ser radicalizados o de lo contrario los yihadistas seguirán ganándonos esa batalla.
Falso caldo de cultivo
Aunque en muchas ocasiones se ha hablado de que Melilla es caldo de cultivo del yihadismo, las estadísticas demuestran que no es exactamente así.
De los 75 detenidos en 36 operaciones policiales el año pasado por supuesta vinculación con el yihadismo, cinco son de Melilla, según recoge el ‘Balance del terrorismo en España 2015’, un informe de la Fundación Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo, que publica el Ministerio del Interior.
Abogados de supuestos yihadistas detenidos en Melilla hablan de caz de brujas tras practicarse detenciones sin pruebas y saltándose derechos constitucionales.